Vilagarcía despide doce días de fiesta y se encomienda a la Noite das Meigas

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Un lucido Combate Naval y las clásicas carrozas abren la puerta al último tramo del verano en la capital arousana

26 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El Combate Naval nunca falla. Miles de personas se dispusieron en la madrugada de ayer a lo largo y ancho de la playa de A Concha-Compostela, casi dos kilómetros de arenal, para asistir al espectáculo pirotécnico que en Vilagarcía marca la traca final de las fiestas de San Roque. Como lo de Leiva e Iván Ferreiro en El Náutico, pero a lo bestia. Los 690 kilos de pólvora distribuidos a lo largo de 23 minutos de luz y sonido rememoran la batalla de El Callao, en Perú, y constituyen uno de los baluartes de las fiestas patronales de San Roque, que se despiden después de doce jornadas sin tregua,

Los encargados de cerrar el programa fueron, por un lado, Señora DJ y las drag queen Ketty Pinn y Punto G, que ejecutaron una sesión vermú muy participativa en la calle Méndez Núñez, la misma que tenía como objetivo poner de manifiesto el compromiso de Vilagarcía con la consecución de una normalidad plena y en pie igualdad del colectivo LGTBI+ y tuvo que ser aplazada la semana pasada por el mal tiempo. Ya por la noche, a una hora inusitadamente tardía para lo que solía ser este broche, el tradicional desfile de carrozas partió a las nueve y media de la estación de autobuses para volcarse sobre el casco urbano.

Aunque San Roque se haya ido, la capital arousana no dice adiós todavía a la programación de un largo verano, plagado de eventos. Desde O Carmelo Rock que trajo a Falperrys, Skandalo GZ o Rastreros a Vilaxoán hasta As Revenidas, la Festa da Auga, la Ameixa de Carril, que todavía debe vivir su propio festival, o el Vilablues que firmó un memorable preludio con el concierto de Bonnie Tyler. Los vilagarcianos tienen por delante todavía la Noite das Meigas, convertida ya en un sólido habitante del calendario estival. Concebido como una especie de divertimento para la parroquia propia en los últimos días de agosto, el evento se desarrollará a lo largo de dos días. El viernes, con Meigallo, una escenificación en la plaza de Galicia a cargo de la compañía de Pablo Méndez, y el sábado, que servirá una señora jornada. Los seres mágicos y los pasacalles meigos recorrerán las calles desde las doce del mediodía a las cuatro de la tarde. A las ocho, romería a base de cuentos tradicionales, a las once y media, rituales de iniciación en las plazas de Galicia y la Independencia, a las que se une la Alameda. Y, por fin, a partir de medianoche, conjuro y degustación de queimada y productos tradicionales en la decena de poblados meigos.