Elvira Lodeiro y Consuelo Acuña, fusiladas en diciembre de 1936 tras ser detenidas por ocultar a fugitivos en Salcedo; Josefina Arruti, recluida en prisión por el mero hecho de ser la esposa del primer alcalde republicano de Pontevedra, Bibiano Fernández Osorio Tafall; Custodia Gama, arrestada, rapada y obligada a barrer las calles de la capital provincial con un cartel colgado al pecho y a la espalda con la palabra «comunista» escrita en el... Son solo cuatro ejemplos de cómo la dictadura franquista represalió a las mujeres en la comarca de Pontevedra, un entorno en el que A Caeira tiene su infausto protagonismo. Fue allí donde Amalia Álvarez y Cinta Rey vieron como fusilaban a su marido Alexandre Bóveda y a su hijo Vítor Casas, respectivamente, en noviembre de 1936.
Desde ayer y hasta el 24 de agosto, el Casal de Ferreirós, en Poio, acoge la exposición Rexas. Mulleres baixo o terror franquista, muestra con la que la Diputación dignifica la figura de las mujeres represaliadas tras el golpe de Estado fascista.