El deterioro del paso de la autovía de Marín se agrava con tablas sueltas y clavos

Marcos Gago Otero
marcos gago PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

CLAUDIA GÓMEZ

Las mariscadoras le recuerdan a Fomento que el puente se hizo por seguridad vial

07 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El deterioro del paso elevado sobre la autovía de Marín, que Fomento construyó hace años para permitir que las mariscadoras cruzasen seguras hasta el banco marisquero, se agrava más y más. Su estado es malo visualmente, pero al pisarlo, la sensación de abandono se multiplica. Cientos de mariscadoras utilizan esta pasarela sobre la autovía todos los días de trabajo en el banco de Os Praceres dos veces en cada jornada laboral. Una vez para llegar a la playa y otra para regresar después de horas de trabajo en el arenal. Y lo hacen cargadas con los rastrillos, carritos y flotadores que usan para sujetar sus cubos en la playa. Lo que ya no aguantan es que Fomento se haya olvidado de ellas y no repare el paso que, en teoría, está destinado a darles una seguridad en el tránsito de un lado para otro.

Tal y como está ahora mismo, en este paso elevado con lluvia, se resbala y con sol la madera se retuerce, así que mejor andar con mucho tacto y sin prisas, no se vaya uno a caer por un tropezón o meter un pie en una tabla inestable. Los clavos están oxidados, hay tablas sueltas por todos los lados y hasta algunas piezas de las barandillas están inclinadas, un riesgo potencial si se desprenden, porque debajo pasan los coches de la autovía.

La patrona mayor de Lourizán, María del Carmen Vázquez, explicó que lleva meses remitiendo escritos para que la Administración estatal repare esta estructura. Ya lo hizo en otras ocasiones cuando el paso todavía no ofrecía el aspecto deteriorado de ahora. En aquel entonces, Carreteras lo solucionó con unas cuantas puntas nuevas en algunas tablas y la reposición de una pieza que faltaba por dos tablillas de aspecto algo endeble. Por ejemplo, se pueden levantar travesaños enteros.

Ahora, la situación es mucho peor y no se arreglará con un parche provisional. Por este motivo, la cofradía ha presentado en las últimas semanas tres escritos reclamando la reparación inmediata de esta estructura. «Envié escritos al ministerio a Madrid, después me dijeron que lo hiciese a A Coruña, y de allí que a Pontevedra», se queja Vázquez de la odisea burocrática para hacerse oír. Hasta ahora parece que predica en desierto. Por Os Praceres no ha aparecido nadie para comprobar in situ las quejas de las mariscadoras. La patrona mayor está cansada de protestar, pero no es de las que se rinde fácilmente. Indicó que mandará un escrito cada mes si hace falta.

«Yo voy caminando por el centro por encima de las vigas, no vaya a ser que me caiga», bromea Vázquez, que no oculta el malestar del colectivo que preside por el abandono en que se encuentra por Carreteras. Y no es la única. Es mentar el mal estado del paso delante de una mariscadora y las quejas fluyen como un río. «Haz fotos y escribe, a ver si alguien hace caso», señala una de las afectadas. «Esto es una vergüenza, hasta la madera está podrida», recalca otra. Abajo siguen pasando los coches o la gente en el vial del cabo, sin percibir que arriba cualquier día se puede car algo.