Ence innova con un modelo predictivo para el control de episodios olorosos

Marcos Gago Otero
marcos gago PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

RAMON LEIRO

Troposfera desarrolla una herramienta tecnológica exclusiva para la fábrica

02 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El plan Olor Cero, con el que Ence aspira a la supresión de los episodios olorosos de la fábrica de Lourizán, supuso un gran reto tecnológico para el que la pastera recabó el apoyo de Troposfera, una consultora especializada en la gestión medioambiental. Sobre la mesa se encontraba buscar una solución a uno de los problemas tradicionalmente peor valorados por la población del entorno de la fábrica: la emisión de partículas olorosas a la atmósfera. El director de esta consultora, David Cartelle, detalló la complejidad de la puesta en marcha de este programa, en el marco de una nueva sesión de Foro Voz, celebrada recientemente en Pontevedra bajo el título Industria y Medio Ambiente.

En el 2010 se partía de un escenario de dos horas potenciales de impacto oloroso en la comarca. Esa era la situación hace nueve años. El resultado ha permitido dar una vuelta a este estado de cosas y mitigar la repercusión de este problema reduciéndolo sustancialmente. Para conseguirlo, Cartelle precisó que los técnicos de Troposfera han desarrollado un modelo predictivo de olores, pionero en ámbito de las pasteras e innovador a nivel europeo, que refuerza la posición ambiental de la factoría en su sector a nivel mundial.

Los resultados de este proyecto, según el director de Calidad y Medio Ambiente de Ence, Carlos Casas, ha permitido reducir «en más de un 90 % los impactos olorosos en la ciudad». Cartelle incidió en las dimensiones técnicas del reto, porque mitigar el impacto oloroso de una fábrica es muy complejo. Hay que tener en cuenta una gran cantidad de factores.

Para alcanzar este objetivo se realizaron estudios de las distintas fuentes de impacto del olor de la planta y se elaboró una caracterización individualizada de cada una. Los especialistas de Troposfera, con la colaboración también de la USC y los departamentos técnicos de Ence, rediseñaron los procesos de la fábrica en cuanto a las emisiones de partículas al exterior. Esto implicó la reducción de los impactos olorosos potenciales. «No solo huele menos veces, sino que también se reduce en el tiempo» de cada episodio, manifestó Cartelle.

Además de esta reestructuración de los procesos fabriles, también se diseñó y se implantó un modelo predictivo de olores. Se trata de «una herramienta numérica», según indicó Cartelle, que permite conocer de antemano la evolución de los impactos olorosos en el exterior para un período de 72 horas. Esta herramienta permite que los operadores de la planta sepan cómo actuar para minorar estas situaciones. No solo se tiene en cuenta la meteorología, sino otras variables muy complejas. El modelo funciona en tiempo real y ha sido clave para la mejora de la respuesta de la fábrica ante estas situaciones.

El director de Calidad y Medio Ambiente de Ence recalcó la importancia de este modelo predictivo. Este sistema matemático está conectado a los monitores de continuidad del recinto fabril, midiendo por ejemplo los parámetros de las chimeneas, y conectando a su vez con el servidor de Troposfera. En un escenario de mejora permanente, la fábrica dispone de los medios para afrontar cualquier contingencia en este ámbito.