El vial de las salinas de Noalla, en Sanxenxo, es ya casi totalmente peatonal desde mediados de este mes, aunque la medida haya tenido que tomarse algo a la fuerza. La señal que avisaba desde abril a los conductores de que no se podía circular «excepto residentes e usuarios de fincas» no parece que sirviese de mucho y el Concello adoptó medidas más drásticas. Desde hace unos día un bloque de granito corta el paso de los vehículos en el extremo más próximo a la PO-308. Por su parte, en el núcleo de A Revolta, se mantiene solo una señal de advertencia como la que hay también en la otra punta.
Con estas medidas el Concello sanxenxino aspira que los coches que la transiten sean los mínimos, como mucho el coche de la única casa que existe en su trazado y algún que otro chimpín para las fincas. Eso sí, la colocación del bloque de piedra no debió de ser suficiente para disuadir a los conductores, porque el Ayuntamiento acabó colocando otra señal de gran tamaño delante del gratino y que avisa de que el tráfico debe seguir circulando por la PO-308.
El vial de las salinas lo reparó el Concello hace meses, asfaltándolo. Su señalización horizontal, curiosamente, prevé que sí pudiesen circular los coches en sentido de A Lanzada a A Revolta, con un margen pintado para peatones. Sin embargo, se optó después por su cierre al tráfico por motivos de seguridad vial. Ahora los peatones pueden utilizarla como paseo para ir y volver de la playa.