El fiscal ve abusos a una niña en un vídeo en el que la madre solo percibe gestos de cariño

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Ramón Leiro

«Están cometendo un error moi grande» exclamó la progenitora de la pequeña en alusión al acusado, para quien solicitan tres años y medio de cárcel

18 jul 2019 . Actualizado a las 20:40 h.

¿Puede un mismo vídeo estar sujeto a interpretaciones tan dispares hasta el punto de que el fiscal vea un delito de abusos sexuales a una niña y la madre de esta solo perciba un gesto de cariño por parte del acusado? Este vecino de Dorrón, en Sanxenxo, fue detenido en junio de hace un año después de que su vecina, a cuyo marido había denunciado por abusar de su hija, le grabase en compañía de su nieta y una amiga de esta. Y es aquí donde entran las discrepancias entre el ministerio público y la Guardia Civil, por un lado, y la familia del encausado y la madre de la menor, por otro.

«Están cometendo un error moi grande», exclamó esta última nada mas pisar la sala de la Audiencia de Pontevedra, al tiempo que aseguró que «non vin nada fora do normal» cuando ojeó las imágenes del vídeo. Explicó que el acusado siempre ha jugado con su hija, a la que considera una nieta más, haciéndole cosquillas, pero sin tocarle nunca el pecho, ni dándole besos en la boca.

El propio acusado y sus familiares mantuvieron la misma tesis. «No se me pasa por la cabeza», sostuvo, al tiempo que dejó claro que los hechos que se le imputan «son totalmente inciertos».

No opinan lo mismo sus vecinos, ni la Guardia Civil que practicó el arresto -el agente que facilitó el vídeo a la policía judicial es sobrino de la que lo grabó-, pero tampoco el fiscal jefe de Pontevedra, Juan Carlos Aladro, que aludiendo a la grabación mantuvo que «rebasa los límites del decoro más elemental». De hecho, al término de la vista oral mantuvo su petición inicial de tres años y medio de prisión y ocho de libertad vigilada.

¿Y los forenses qué opinan? De nuevo, posiciones encontradas. La que fuera psicóloga del Imelga de Pontevedra mantuvo que existían indicadores que podrían señalar una situación de abusos, que no sería percibida como tal por la niña. Añadió que no se pudo abordar la credibilidad o no de esta en el transcurso de la exploración a la que la sometió, un encuentro que fue grabado y en el que se llega a escuchar cómo la pequeña responde con un «no» rotundo cuando se le pregunta si el acusado la besó en la boca.

Este informe fue muy cuestionado por la experta contratada por la defensa, que puso en tela de juicio la metodología llevada a cabo por la forense con la pequeña. En este sentido, señaló que las preguntas que se le hicieron pudieron haberla hecho sentir cuestionada, pese a lo cual «mantiene el relato, es constante».