Las pandereteiras que se pagaron su primer disco con ahorros de conciertos

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Ramón Leiro

Las jóvenes de Verducido Candela, Cecilia y Clara reivindican otra música tradicional y el papel de la mujer

29 jun 2019 . Actualizado a las 13:53 h.

Candela Fariña quiere ser enfermera. A sus 17 años confía en que la nota del selectivo no frene esa vocación. Su prima Cecilia Tilve, de 16, acaba de terminar 1º de bachillerato, formación que compagina con la del conservatorio, donde toca la guitarra barroca y la vihuela. Clara Fariña, de 14, remató 2º de la ESO y todavía tiene años por delante para decidir su futuro. Estas tres adolescentes que estudian en el IES A Xunqueira II son las Pandereteiras de Verducido. Una agrupación que nació hace unos años y que a finales del pasado mayo tenía en sus manos su primer disco, Faíscas. Se hacía realidad tras mucho trabajo, pero sobre todo con mucho convencimiento.

Las piernas y los pies calzados con zuecos grises, amarillos y rojos de Clara, Candela y Cecilia son la imagen de Faíscas. Una portada que surgió de forma espontánea de una foto que le hicieron a Candela en un descanso antes de actuar en el Teatro Principal. Los zuecos son una de las señas de identidad de estas pandereteiras que tienen claro qué quieren con sus canciones: reivindicar, pero también modernizar, la música tradicional gallega.

Clara recuerda que la elección del nombre del grupo originó en su día un gran debate en el seno de la familia. Los mayores querían que se llamaran Pandereteiras de Verducido y ellas preferían 3Cs. Con 3Cs firman sus discos y, además de recoger la inicial de sus nombres, le dan una vuelta al papel de la mujer que hoy nada tiene que ver con «casa, campanario y cuna», las otras 3Cs de antes. ¿Por qué Faíscas? Quisieron jugar con un doble sentido, esas cenizas de un fuego que se apaga, pero también que puede renacer. Lo explica Clara: «Con Faíscas queremos reivindicar el renacer de un estilo musical que para los jóvenes se está apagando y que siempre se asocia con los mayores». Su receta, incluir instrumentos gallegos y nuevas melodías en ese sonido tradicional sin que pierda su esencia.

Doce creaciones

Este primer disco, que han sufragado con los ahorros de sus actuaciones, consta de doce temas. Hay canciones compuestas por ellas y poemas musicados de Rosalía de Castro, Manuel María y Antonio García Teijeiro. De este último es Que ocorre na terra?, la última que incorporaron al disco. Fisterra es una canción tradicional que han convertido «en una de las más cañeras», y también hay un blues, Non son de Memphis, y un tema que grita Son muller! Les gustan los «sonidos dobles» y detrás de esas palmas que se escuchan están su padre Félix, su abuela Fina o Bea, la madre de Cecilia. Y es que como subrayan, no solo reivindican la música tradicional gallega, sino también el derecho a ser mujer o la lucha contra la contaminación. El disco se grabó en Litium Records y agradecen el apoyo de Rafa Darrosa. Editaron mil copias y se pueden adquirir en la librería Clip de Pontevedra o contactando con ellas a través de las redes sociales o en sus conciertos.

Candela, Cecilia y Clara fueron a la escuela de Verducido y fue allí, de pequeñitas, donde aprendieron a tocar la pandereta en una actividad extraescolar. En estos días de lucha en su parroquia se suman a la defensa de la que fue su escuela rural y de su proyecto educativo. Todavía hoy se acuerdan de su profesora Raquel. Estas dos hermanas y su prima, que han tocado dos años en el Festival da Luz de Boimorto, de Luz Casal, son fans declaradas de Xabier Díaz y de Sés.