Joven, mujer, pulpeira y presidenta del Portonovo

PONTEVEDRA

LAURA LOPEZ

Su anterior jefe le enseñó el arte de cocer el pulpo y ahora acaba de relevar a su padre al frente del club

07 jun 2019 . Actualizado a las 10:37 h.

Montse es una joven atípica. Vive entre pulpos y balones. Cada día enciende la pota, cuece los pulpos, los corta y los sirve, pero desde hace un par de semanas cocina también en la trastienda del Portonovo. Organiza la directiva y tiene ya sus primeras reuniones. Esta sanxenxina de 25 años acaba de ganar las elecciones a la presidencia del Portonovo. Y no lo hizo por poco. Derrotó al otro candidato por medio centenar de votos. Asegura que no se lo podía creer, pero que «ver la cara de felicidad de mi padre era un orgullo para mí, verlo feliz es lo mejor».

Su padre no es un padre cualquiera, era el hasta ahora presidente del club, Valentín Martínez, que llevaba tiempo buscando un relevo. Lo encontró en casa. Le propuso presentarse y ella reconoce que tardó menos en tomar la decisión que en cocer un pulpo. «Lo hice por mi padre, a mi me gusta el fútbol y el Portonovo y desde que está él, estamos todos echando una mano». Cuando dice todos se refiere a la familia al completo. Su madre es ahora la tesorera y su hermano, vocal. «Nosotros lo hicimos por mi padre, llevamos al Portonovo en el corazón», señala. Su vida es en blanco y azul.

A Montse no le importaba eso que se oía por el pueblo. «Decían que era muy joven y mujer para dirigir el club». Pues con 85 votos frente a 35 demostró que cuenta con el apoyo de los socios para ser la primera mujer presidenta del Portonovo. Eso sí, asegura que tendrá a su padre echándole una mano para ir aprendiendo. Lo primero que ha hecho al frente del equipo es reunirse con Telmo Martín, alcalde de Sanxenxo, para ver si se pueden acometer algunas mejoras en el campo de Baltar. El pasado verano fue el Celta en pretemporada y tienen la esperanza de que regrese este agosto. «No sabes lo bien que nos viene que vengan allí», explica esta joven, que tiene las pilas a tope para hacer frente a trabajo y deporte.

El año que viene el Portonovo saldrá en Preferente y Montse Martínez se unirá a las otras cinco mujeres que están al frente de un club en esa categoría. No se muestra nerviosa, le sobran agallas para todo. No se le resiste ni el cargo ni los pulpos. Cada mañana acude a su puesto de trabajo para preparar un buen puñado de cefalópodos. «Empecé de camarera hace unos años y mi antiguo jefe, que era de O Carballiño, me enseñó a cocinar los pulpos», explica la nueva presidenta del Portonovo, que además asegura que «es un trabajo que tiene muchas salidas, no hay tantas pulpeiras». Ahora piensa qué pasará cuando le coincida el partido del Portonovo con el trabajo. No podrá dividirse, pero hasta septiembre que empiece la liga no intentará cuadrar nada.

Aprendió de su padre

El trabajo lo tiene dominado y poco a poco empieza a hacerse con su nuevo cargo en un club que apuesta por la cantera para nutrir al primer equipo. «Este año los cadetes subieron a gallega y el sénior a Preferente, hay que intentar mantenerlo, ya han renovado muchos de los jugadores», comenta Montse Martínez, que aprendió mucho en los últimos ocho años en los que su padre estuvo al frente del equipo. Ella, que entonces era una adolescente echaba una mano en lo que podía, sobre todo a su madre en la cantina.

Recuerda como Valentín iba a cortar la hierba, pintar las líneas y hasta regar el césped todos los días de verano para que Baltar estuviese en el mejor estado posible. «Sé que es un puesto en el que se trabaja mucho y no se valora lo suficiente, mi padre siempre me decía que sería un orgullo para él que yo pudiera estar aquí. Eso para mí es suficiente», subraya esta joven alegre antes de sumergir tres veces el pulpo en agua y empezar su jornada laboral.