Rematada la escultura del duende «Gerardo» en los jardines de Marescot

Ramón Leiro

Gerardo, el duende, ya luce su sonrisa en los jardines de Marescot, frente a la facultad de Belas Artes y el ambulatorio Virxe Peregrina. El escultor en madera Santiago Castro convirtió el tocón de un cedro que fue talado hace unos meses en una sonriente figura de más de cinco metros de altura que ya despierta admiración entre quienes pasean por la zona.

Ayer se llevó a cabo la «inauguración» de la pieza de arte, que lleva el nombre de un amigo ya fallecido del autor. Para conmemorar que Pontevedra ya tiene su duende, se llevó a cabo una performance de música y baile alrededor de la escultura, en la que participaron amigos del artista y transeúntes que disfrutaban del espectáculo y de la sonrisa ya imperecedera de Gerardo.

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