El trabajo de fin de grado de una alumna de la UVigo evalúa la rehabilitación ambiental del entorno
10 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Los visitantes al lago de Castiñeiras se encontrarán con nueva jaulas de un metro cuadrado distribuidas por distintos puntos de la lámina de agua. Están colocadas desde este jueves y forman parte del trabajo de fin de grado de Lucía Agulla, vecina de Marín y estudiante de la Facultad de Biología de la UVigo. La docente de la Universidade que se encarga de tutelar el trabajo, Maruxa Álvarez, explica que llevan desde enero tomando muestras de los macroinvertebrados -básicamente larvas de insectos- que encuentran en el agua y que sirven de alimento a peces como las truchas. El estudio se centra en determinar cómo va recuperando la normalidad el lago de Castiñeiras, desde el punto de vista de la fauna, tras ser vaciado totalmente en otoño para trabajos de limpieza.
Las lluvias del invierno volvieron a llenar el vaso de Castiñeiras, pero sin truchas. Los insectos fueron los primeros en regresar al lago y este trabajo se centra qué especies y en qué densidad mientras se recupera el equilibro ambiental de este espacio natural.
Los técnicos del Servizo de Conservación da Natureza soltaron este jueves 335 truchas en Castiñeiras y las jaulas que colocaron Agulla y Álvarez -con chapuzón improvisado incluido- sirven para aislar nueve pequeñas parcelas del lago donde las truchas no podrán entrar. De esta forma, la estudiante de Biología podrá hacer un seguimiento de los macroinvertebrados del lago en los espacios con y sin truchas y recabar datos científicos para avalar sus conclusiones. El trabajo se concluirá en septiembre, por lo que se pide a los visitantes que no muevan las jaulas.