«No sabía ni cómo celebrarlo»

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Ramón Leiro

Al canterano Rivera le bastaron seis minutos para marcar el gol de la victoria granate. El primer balón que recibió lo transformó en el desempate

25 mar 2019 . Actualizado a las 20:00 h.

No fue un gran partido, pero sí un enorme resultado. La victoria del Pontevedra en casa lo devuelve a la lucha por el play off y convierte al canterano Rivera en el héroe de la tarde. Le bastaron seis minutos para convertir en puntos la primera jugada de su partido. La radical apuesta de Luismi tuvo consecuencias inmejorables sobre el terreno de juego. Sacó a Kevin, que durante la semana anduvo tocado, y metió a un delantero del filial que venía con la carta de presentación de ser el máximo goleador del equipo B y haber hecho seis goles en un encuentro hace un mes.

La victoria hacía falta y viendo que hasta el 83 no hubo suerte de sentenciar, Luismi avisó a Rivera, lo agarró para darle las últimas indicaciones y «me dijo que jugase como sé y que marcase un gol». Un minuto después, un saque en corto de córner toca en Borja Domínguez y cabecea Rivera al fondo de la red. Sorpresa ya alegría explotaron en Pasarón. «No sabía ni como celebrarlo», comenta Rivera un días después de haber dado quizás los puntos más valiosos de la temporada en uno de los peores y más rentables partidos que se hayan visto este año. «Todo canterano sueña con que pueda pasar algo así», señala el delantero, que triunfó este domingo en Pasarón, pero que también lo está haciendo con el equipo filial. «Estamos teniendo un buen año y luchamos por ascender, entrenamos muy duro y tenemos un equipazo», reconoce sobre sus compañeros del equipo B, con los que pelea por subir a Tercera.

Rivera entrena con el primer equipo, pero se reparte entre ambos en función de las necesidades. Esta semana tocaba ir con los mayores. Faltaba Arruabarrena por sanción y se perfilaba como un buen domingo. Y lo fue. El canterano ha jugado solo siete minutos en Segunda B y seis de ellos le valieron para que la crónica del partido empezase con su nombre. «Mis compañeros me hicieron una fiesta, me vacilaron mucho, incluso hoy, pero después de ganar siempre se está bien, es otro lunes distinto», reconoce Rivera.

La hora de los suplentes

Los cambios de Luismi fueron el punto de inflexión de un partido gris. Eran arriesgados, pero si resultaban, tendría la gloria de todos. Cambió a Rivera por Kevin y en el minuto 76 a Nacho Lorenzo por Pibe. Era la hora de los suplentes. Entre ambos forzaron las dos jugadas decisivas del partido. El primero se encargó del gol y el argentino forzó la expulsión de Razvan, que sumaba una segunda amarilla. Con uno menos en el campo, las opciones se multiplicaban para los granates. Rivera no cree que se haya convertido en el jugador de moda por los últimos resultados, sino que habla de «cosas bien hechas» cuando en días como este domingo, marca el gol de la victoria, o como el pasado 25 de febrero consiguió que su firma la llevasen seis de los 12 goles que el filial marcó al San Martín de Vilaxoán.

Tras el entrenamiento de ayer en Cerponzóns, Rivera reconocía que solo hizo lo que le mandó el técnico. Luismi le pidió gol y «yo dije, a sus órdenes».