El SEK desmonta clichés del extranjero

Alfredo López Penide
López Penide POIO / LA VOZ

PONTEVEDRA

LÓPEZ PENIDE

Alumnos de este centro educativo comparten vivencias en Japón y Rumanía

17 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Decía Mark Twain que «viajar es un ejercicio con consecuencias fatales para los prejuicios, la intolerancia y la estrechez de mente». No cabe duda de que el mejor de los antídotos para contrarrestar los estereotipos es conocer nuevas culturas y esto es algo que conocen bien los alumnos del SEK-Atlántico que regresaron de un intercambio educativo en Japón y Rumanía.

«Nos informaron de que habían organizado por segundo año el intercambio entre colegios de

Japón y España. Tuvimos que hacer un vídeo básicamente explicando por qué queríamos ir y por qué deberíamos ser escogidos». De este modo, Rodrigo Sampedro fue seleccionado y tuvo ocasión, en un primer momento, de convivir con un estudiante japonés oriundo de China en su casa.

Reconoce que el mayor hándicap en ambos casos fue el idioma. «En Japón las cosas son muy distintas. Son ciudades con más población y aquí hay más naturaleza, todo va más lento», añade, al tiempo que sus compañeros de experiencia no dudan en responder con un «todo» cuando se les pregunta por lo que más le sorprendió del país del sol naciente.

«Me chocó, primero, que en los transportes públicos iba todo el mundo muy callado, la gente era muy respetuosa y cuando llegamos al colegio nos recibieron muy bien. Son muy educados. No hay insultos. Aquí tenemos un montón y allí no hay ninguno», acota Mario Fernández. En su caso, también le causó cierto estupor que «nunca te dicen que no».

Los transportes públicos, y especialmente el metro, les deparó alguno que otro susto. Y es que estando todo en japonés, Fran Botana vio como su maleta se iba a otra vagón.

En Galicia, uno de los tópicos con los que se asocia a los japoneses es con el karaoke. A fin de cuentas, se trata de una voz nipona. «Nos esperábamos en el típico karaoke de las películas e íbamos en ese plan, pero, al final, todo fue distinto. Cantamos canciones europeas y conocimos sus gustos musicales», incidió Botana.

El estereotipo que sí parece cumplirse es, en opinión de Alejandra Álvarez, el de la limpieza. «Vas por la calle y no te encuentras un solo chicle. Además, puedes ir tranquilo que nadie te va a robar, pero es que tampoco a nadie se le ocurre tirar algo al suelo. Eso me impresionó».

El tópico de la gastronomía

Asimismo, comprobaron la realidad de que cuando se ponen enfermos se emplean más caras con las que cubren boca y nariz para, de este modo, no contagiar al resto. «Es una cuestión de respeto», señaló Rodrigo Sampedro.

Durante su intercambio con la Yokohama International School, los estudiantes del SEK-Atlántico llevaron a cabo un intenso programa de inmersión en la cultura japonesa, de tal modo que se organizaron talleres, entre los que destacaron los de caligrafía tradicional y los de gastronomía. Y de nuevo, pudieron comprobar que, a nivel culinario, poco se parece lo que en occidente se entiende por comida japonesa. «Aquí no me gustaba el sushi -apunta Manuel Rodríguez-, allí lo probé y me encantó. Fui a lo que sería el Burger King del sushi, algo muy barato, y dije ‘quiero probar uno mejor’. Me llevaron a uno un poco más caro y ahí… ya flipé».

Todos coinciden, eso sí, en recomendar, junto al sushi, el ramen, plato tradicional de la gastronomía nipona cuya base son diferentes tipos de fideos acompañados de un caldo, normalmente, de carne, miso -un condimento-, salsa de soja y guarniciones al gusto.