Propietarios forestales de Galicia temen perder de 7 a 10 millones si cierra Ence

Marcos Gago Otero
marcos gago PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

ENCE

Asefoga y el Clúster de la Madera advierten del elevado impacto negativo en el rural

17 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Sin alternativa donde vender su madera en un radio razonable y con unos costes de transporte que se dispararían, los propietarios forestales gallegos, especialmente de la provincia de Pontevedra, sur de la de A Coruña y norte de Portugal sufrirían un fuerte mazazo en caso del cierre de Ence Pontevedra. Las pérdidas de ingresos que los pequeños propietarios forestales y comunidades de montes en este ámbito dejarían de ingresar podrían situarse en un arco de siete a diez millones de euros, según el secretario general de la Asociación Sectorial Forestal Gallega (Asefoga), que espera que la actual incertidumbre sobre el futuro de la pastera de Lourizán se resuelva a favor de su continuidad. «Esperamos que se reconduzca y que no nos afecte», indicó.

La decisión del Gobierno central de renunciar a defender la prórroga de la concesión en tres contenciosos interpuestos ante la Audiencia Nacional crea una gran inquietud en el rural gallego. Ence es la principal compradora de madera y su cierre reduciría drásticamente el margen de beneficios de miles de familias gallegas. Jacobo Feijoo indicó, como ejemplo, que los ingresos que supone la compra de la madera de Ence produce en las rentas del rural gallego el equivalente a lo que invierte el Fondo de Desarrollo del Rural de la UE en la comunidad autónoma. En opinión de Asefoga, no es una buena noticia «que una empresa que va bien se la pueda tumbar por un tema administrativo» y no por cuestiones de viabilidad económica.

El portavoz de Asefoga explicó que ante un hipotético cierre de la factoría, «nuestra madera tendrá que viajar mucho más para llegar a las fábricas y todo ese coste nos lo van a descontar a los propietarios, lo que supone una importante pérdida de rentas, se nos pagaría menos por las mismas toneladas». Jacobo Feijoo entiende que en una reestructuración del sector, «la madera va a encontrar un comprador», pero al quedar este muchísimo más lejos, los propietarios forestales del radio del ámbito de la fábrica de Pontevedra, a la que suministra la mitad de Galicia, lo van a notar y mucho. La demanda de madera de la fábrica de Navia no serviría para compensar ese impacto.

El presidente del Clúster de la Madera de Galicia, Xosé Manuel Iglesias, indicó que no le compete valorar un proceso judicial, pero sí rogó a la Administración que «se marquen bien las reglas del juego», porque se «transmite una imagen de dudosa credibilidad» ante los inversores.

En cuanto al posible cierre de la fábrica, «tendría unas consecuencias en el mundo rural de muchos millones de euros que están muy distribuidos por causa del minifundio entre miles de familias». Si Ence echa el candado en Pontevedra, además de los puestos de trabajo directos, se produciría una destrucción del tejido económico a su alrededor que, además, dejaría a Galicia en la cola del sector forestal durante mucho tiempo. Transportistas, productores, transformadores tendrían que cerrar y «cuando quisiéramos retomar otro proyecto ya no tendremos esa red». Galicia, principal reserva maderera de España, se expondría a perder «una oportunidad importante» en sectores de futuro, como la bioeconomía, en la que Ence es una pionera en España.