La directiva del Teucro tuvo que asumir in extremis el pago de la deuda pendiente del fondo arbitral, que ascendía a siete mil euros. Con esta transferencia, el equipo podrá afrontar el partido del sábado frente al Anitasuna sin el riesgo de sanción que pesaba sobre ellos. Si no asumían el pago, el Comité Nacional de Competencia de la Federación Española de Baloncesto sancionaría al club con la suspensión y pérdida del próximo partido por un resultado de 0-10. Desde las filas del club reconocen que las subvenciones pendientes de cobro le tienen ahogadas las cuentas y cualquier imprevisto se convierte en un verdadero problema.
En el aspecto deportivo, la baja de Cangiani supuso un duro golpe a las filas azules, que no acaban de levantar cabeza en cuanto a las lesiones de jugadores en un momento vital para los intereses del club. Los partidos que restan hasta final de temporada son decisivos para los de Luis Montes, que están obligados a puntuar, al menos, los de casa para no caer en el desconsuelo del descenso. Ante la baja del argentino, el club se plantea incorporar a un nuevo jugador, pero las dificultades económicas y la altura de la temporada dejan en el aire esta posibilidad. Al Teucro ya le costó incorporar en enero a los tres jugadores -Vicete Póveda, Ismael Bela y Piovarczik- como para volver a retomar unas negociaciones que ya no podrían fijar la mirada en ningún equipo de Asobal. Ante estas dificultades, desde el club reconocen que «tirarán» de jugadores de Primera Nacional.