Los afectados por la A-57 buscan vías para mantener la presión

Serxio Barral Álvarez
Serxio Barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Capotillo

Rematado el plazo de alegaciones, se han registrado en torno a 15.000 escritos

04 feb 2019 . Actualizado a las 08:00 h.

El Ministerio de Fomento vuelve a tener sobre la mesa, igual que sucedió en el año 2007, miles de alegaciones contra los dos trazados planteados para el segundo tramo de la A-57, una infraestructura que se concibe como circunvalación de Pontevedra aunque en algún documento oficial del año 2015 se presentaba como «autovía del Atlántico», con 170 kilómetros entre A Coruña y O Porriño.

Pero si hace doce años los vecinos no fueron más allá de la presentación de más de 21.000 alegaciones y la convocatoria de una movilización silenciosa por las calles de Pontevedra, ahora están dispuestos a mantener la presión social sobre la Administración para ser escuchados.

Hoy acaba oficialmente el plazo de presentación de alegaciones al estudio informativo que propone dos alternativas para cubrir los apenas seis kilómetros que hay entre A Ermida (Marcón) y Pilarteiros (Xeve). Los vecinos de Bora y Xeve, las dos parroquias afectadas, han registrado en torno a quince mil alegaciones. La cifra exacta se desconoce en estos momentos debido a que se registraron escritos en los registros de varios Concellos y en los de la Subdelegación del Gobierno, de la Xunta de Galicia y en la delegación de carreteras en Pontevedra.

Lo que sí se conoce es qué es lo que cuestionan los vecinos. Según las plataformas de afectados, son más de un centenar las viviendas, naves industriales o fincas que se verían afectadas en mayor o menor medida por la construcción de este tramo de la A-57.

Para este estudio informativo se plantean dos alternativas. La número 1 plantea un trazado de 5,04 kilómetros y haría necesaria una inversión de algo más de cien millones de euros, y en su ejecución habría que salvar el río Lérez. La segunda alternativa, que se desplaza al este unos 225 metros alejándose del núcleo de Corbal, tendría una longitud de 6,35 kilómetros y un coste superior, hasta los 124 millones. Esta alternativa contempla un enlace con la carretera de Ourense (N-551) cerca del límite con Cotobade, y su trazado obliga a cruzar dos ríos, el Lérez y el Almofrei.

A los vecinos no les vale ni una ni otra. Jesús Castro, portavoz de los afectados de San Andrés de Xeve, recuerda que la alternativa 1 «é exactamente a mesma que presentaron no 2007». Entonces hubo algo más de 21.000 alegaciones y el responsable de Carreteras del Estado en Galicia se comprometió con los vecinos a replantear el trazado con más sensibilidad. «¿Onde está a sensibilidade de Fomento? -se pregunta el portavoz vecinal-. Presentan a mesma alternativa, que levaba por diante dez casas e afectaba a moitas máis, e engaden outra que ten aínda máis afeccións». De ahí la intención de no conformarse solo con las alegaciones presentadas.

«Serán moitas máis»

En la zona de Bora, los vecinos calculan que habría unas 60 viviendas afectadas sea cual sea la alternativa elegida. Mari Carmen Tenorio, portavoz de los afectados en esta parroquia, subraya que esa es la previsión que se ve en el estudio informativo. «Seguro que no proxecto construtivo serán moitas máis», lamenta.

Los vecinos quieren hacerse escuchar en los despachos de Fomento. La primera medida ha sido esa avalancha de alegaciones, que consiguieron tramitar pese a las trabas del propio ministerio, que limitó la presentación de escritos en sus dependencias e impidió la tramitación en bloque. Esas trabas, apunta Castro, impedirá que se lleguen a las 21.300 alegaciones del 2007, pero confía en que se superen las 15.000.

Y la siguiente medida será organizarse para que sus quejas no acaben en el fondo de un cajón, y para ello saben que la vía más efectiva es la movilización social, una vía que no descartan explorar en un futuro próximo.

«As decisións as toman os técnicos, pero a quen votamos nós é aos políticos»

Los vecinos afectados se sienten engañados por un Ministerio de Fomento que en el 2007 les prometió «sensibilidad» con sus demandas y doce años después presentó exactamente la misma propuesta y otra todavía más lesiva. Y aunque esa promesa de sensibilidad procedía de un técnico, los vecinos piden explicaciones a los políticos. «Pode ser que as decisións as tomen os técnicos, pero a quen votamos nós é aos políticos, e son eles os teñen que escoitarnos», insistía ayer mismo Jesús Castro, portavoz de los vecinos de Xeve que llevan desde el 2003 en alerta por la A-57.

Una vez rematado el plazo de alegaciones, Castro confía en que, ante la evidencia de que el clamor social contra los trazados es grande, las plataformas de afectados sean recibidas tanto en la Subdelegación del Gobierno como en Fomento.

En cuanto a la corporación local de Pontevedra, los posicionamientos políticos abarcan un amplio abanico. Marea es el único grupo de exige la paralización de la construcción de la A-57, algo en lo que ni siquiera los propios afectados creen toda vez que el primer tramo, Vilaboa-A Ermida está muy avanzado. «O que pedimos é que fagan o menor dano posible», reclamaba el pasado ciernes, en presencia de representantes de las Mareas, Adolfo Abeledo, un vecino de Bora.

El PP cambió en apenas un año del pleno respaldo a la obra a demandar que se estudien otros trazados; y BNG, PSOE y Ciudadanos creen que no es el momento de dar marcha atrás y que plantear nuevo estudios demoraría años una infraestructura que consideran necesaria.