En apenas cuarenta y ocho horas, funcionarios de la prisión de A Lama salvaron la vida a dos internos que se habían autolesionado.
Así , el pasado martes, un preso del departamento de aislamiento empleó una sábana para tratar de quitarse la vida. «La rápida intervención de los funcionarios de servicio -destacaron los sindicatos penitenciarios- logro abortar su decisión siendo trasladado al departamento de enfermería en situación de semi-incosciencia».
Las centrales denunciaron que «la escasez de psicólogos en el centro, así como la inexistencia de psiquiatras en el mismo -existe un solo psiquiatra que es externo al centro y trabaja en el mismo unas horas al mes- pudiera estar detrás de esta acción suicida». De hecho, añadieron que, coincidente en el tiempo y en la misma galería de aislamiento, un recluso de unos 30 años de edad y con un peso de unos 120 kilos, que se encontraba agitado por problemas de convivencia, tuvo que ser reducido por el personal de vigilancia, «el cual es escaso y se encuentra envejecido por la falta de oferta de empleo».
Ya el jueves, un segundo interno fue auxiliado por el personal de la cárcel pontevedresa tras una sobredosis por «la mezcla fatal de varios tipos de medicación». La celeridad con la que actuaron los funcionarios de servicio y los servicios médicos propios del centro de A Lama lograron, en un primer momento, estabilizar al interno hasta que llega la ambulancia del 061.
Las organizaciones sindicales Acaip, CC.OO., ATP, CIG, CSIF y UGT lamentaron que «estos hechos son un claro ejemplo de la problemática existente en los centros penitenciarios: Escasez de personal, envejecimiento de plantillas y enfermedad mental de los internos a los que la secretaría general de Instituciones Penitenciarias y el Ministerio del Interior no dan solución.