Choco, nécora y jurel, en la estela del pulpo

m. gago / s. gonzález PONTEVEDRA, VILAGARCÍA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Ángel López

Las placeras se nutren de Portugal para surtirse de sardinas, que se venden a precio de san Xoán

29 jul 2018 . Actualizado a las 16:58 h.

Verano, sol y playa. Terrazas y tapas por todas partes. La cercanía de agosto se nota en el ambiente y también en los precios de los menús. El coste de una ración de pulpo llenó titulares a principios de julio, pero ahora se podría decir lo mismo de otros productos que también suelen acaparar las preferencias de los paladares veraniegos. La nécora es ya de por sí un marisco caro, fuera del alcance de muchos bolsillos. Sin embargo, otros más comunes también están subiendo escalafones en la tabla. El choco, el jurel, y la sardina, por ejemplo, están experimentando alzas que no le van muy a la zaga al pulpo.

Vayamos por partes. Paseo de Silgar, en Sanxenxo, menú tras menú, el pulpo en sus diversas modalidades, sobre todo á feira, figura prominente en las ofertas. También en las cotizaciones. En algún que otro lugar se encuentra a 12 euros la tapa, mientras que las raciones, se sitúan en una media de 17 y hasta se puede encontrar a 19 para las preparaciones más exquisitas.

En las plazas de las comarcas de Pontevedra y Arousa, otro cefalópodo, el choco, se llega a pagar más caro todavía. En el mercado de Vilagarcía aclaran que depende del día, pero el viernes se dieron valores de vértigo en lonja llegando a 22 euros el kilo. Échenle que hay que añadir el IVA y que se necesita un mínimo de un 20 % para que sea rentable. Es decir, en plaza podría llegar a 25 o 27 euros.

La misma sensación se nota en Sanxenxo, donde en uno de sus hoteles de toda la vida indicaban que el choco «va carísimo». La presidenta de las placeras de Pontevedra, María del Carmen Santos, explica una posible razón: la demanda de la exportación. Y es que en Barcelona han descubierto el choco y, como consecuencia, ya el invierno pasado no bajaron sus cotizaciones como era habitual. En Pontevedra, este cefalópodo se vendió en torno a los 16 euros el kilo el jueves.

«Hay poca nécora», matizó Santos y eso también se traduce en su valor. En el mercado de la calle Sierra se movía, depende del tamaño, en una horquilla de 20 a 40 euros el kilo. En la lonja de Vilanova, la nécora grande atraía la atención de los compradores, que llegaron a pagar entre 40 y 45 euros el kilo. En términos del mercado, para el cliente, significa de 50 euros para arriba.

El verano es una época de consumo frecuente de tres pescados otrora humildes: sardina, jurelo y xouba. La referencia a otros tiempos no es baladí. Este verano los tres subieron a clase alta.

La veda de la sardina en Galicia ha obligado a todos los mercados a abastecerse de Portugal. En Marín, se vendió esta semana unos días a 9 y otros a 12 euros el kilo; mientras que en Pontevedra anduvo entre 10 y 12 euros el kilo. Es más cara de lo que estuvo en Poio por san Xoán, en junio, teóricamente la época cuando toca su techo de facturación. Son cotizaciones que se trasladan al consumidor con valores inusualmente altos.

En Silgar, en Sanxenxo, la sardina desapareció de bastantes menús, pero en alguno que la conserva se ofrece a 1,30 euros la unidad. Como la sardina, la xouba se trae desde Portugal por el cierre forzoso del caladero gallego y tiene su repercusión en las tablas.

El patrón mayor de Portonovo, José Antonio Gómez Castro, precisa que el jurel pequeño también participa de este baile de cifras elevadas. El año pasado por estas fechas abundaba tanto que, en lonja, se vendía a 5 o 6 euros la caja. Esta semana en la rula portonovesa la caja de jureles se situó entre los 40 y los 50 euros. En Vilagarcía, encontrar jurel grande en la plaza a menos de 9 euros es, sencillamente, misión imposible.