Camisetas hipsters que arrasan entre los famosos

Sara meijide / m. a. VILAGARCÍA / LA VOZ

PONTEVEDRA

MONICA IRAGO

Nico ha conseguido en tiempo récord que el Gran Wyoming, Carlos Baute o Touriñán vistan sus diseños

13 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El 20 de mayo del 2017 será una fecha que marcará el inicio de un capítulo en la vida de Nico Miranda. «Tras mucho pensar, mucho trabajar, y también fracasar, ese día nació La Natcha», recuerda. Este argentino asentado en la capital arousana desde hace ya más de una década se describe como una persona muy observadora, perfeccionista y trabajadora. «Cuando decidí embarcarme en la aventura de La Natcha estaba todos los días por la calle mirando camisetas», y añade, «la gente, yo creo que alucinaba, imagínate a un tío que solo mire para tu camiseta», bromea.

Y es que el que algo quiere algo le cuesta. Fueron meses de mucho trabajo para poder sacar adelante los primeros siete diseños. Nico se encarga de las ideas, de discurrir con qué ilustrar cada camiseta pero es su amigo Carlos el responsable de entender lo que quiere y materializar la petición. «Son muchas horas pensando y mucho tiempo intentando meter en la cabeza de otro lo que tienes en la tuya».

Los inicios siempre son duros y en el mundo de la moda quizás más, «sabes que hoy es tendencia una cosa y mañana otra. O quizás lo que te gusta a ti a otro no». Así que tomándose al pie de la letra eso que dice que es mejor prevenir que curar, Nico echa mano de los amigos para decidir qué modelos sacar a la venta. «El diseño del león con las gafas de aviador a mi no me gustaba, no me convencía en absoluto, por lo tanto puse a mis amigos en fila y a votar», confiesa. Así de caprichosa es la democracia. El diseñó salió victorioso de la votación. Triunfó entre sus colegas, entre los clientes y hasta Paco León, valga la redundancia, se animó a hacerse con la camiseta pintoresca del animal.

Optar por la venta online permite ahorrar costes y es más fácil llegar a la gente. El altavoz perfecto para el principiante. Sin embargo, lo complicado es que la gente devuelva su interés. «De sorpresa, estaba en Lisboa y me llega un mensaje a Instagram de que Carlos Baute quería ponerse una de mis camisetas para un concierto en Venezuela», relata. Esto ayudó a que los seguidores comenzasen a subir como la espuma y los envíos desde su página web se multiplicasen. «No tengo tienda física pero ya cuento con una veintena de puntos de distribución». Ahora, añade, comenzará a abrirse hueco en Las Canarias y también por Madrid.

Artistas como Carlos Baute, Xosé Antonio Touriñán o el Gran Wyoming, visten las camisetas hipsters de Vilagarcía que arrasan allá por donde pasan. Aún así, dice Nico que la verdadera satisfacción se la da la gente de a pie. «El otro día fui a un festival y me encontré con varias personas que llevaban mis camisetas. Es un subidón, una forma de saber que lo que haces gusta».

Decía Fito que había que ser raro, no diferente sino raro. Y es que en la rareza está la belleza. «Era el furor de las piñas, todo el mundo llevaba piñas en las camisetas, en los bolsos... Entonces pensé en un diseño con la piña, pero que fuera raro. Y nació la piña hipster», una piña calavera con su corona a modo de barba.

Los negocios son como una montaña rusa y La Natcha, a pesar de su corta vida, estuvo a punto de desaparecer, «estaba desmotivado... pero entré en una cafetería en Santiago y un par de chicas llevaban una camiseta de La Natcha y las amigas le decían: ¡Que chula!, ¿De donde es? Y juro que eso fue lo que me hizo seguir, no que los famosos me vistan».

Aunque La Natcha sea Nico, y para materializar sus diseños esté Carlos, hay una tercera persona con la que se podría decir: con ella empezó todo. Nico anhelaba hacerse con una casa antigua ubicada en Ravella y montar un bar, «un día una amiga me dijo: ‘Pues la dueña la llaman La Nacha’». En un primer momento las camisetas iban a nacer bajo otro nombre pero, como nunca hay mal que por bien no venga, esa marca inicial estaba registraba y a Nico se le encendió esa bombilla que a veces está apagada. «Este verano me van a presentar a la verdadera Nacha», y aunque no le ponga cara el se la imagina y por eso la lleva como su logotipo oficial.