Una perra muere tras ser rescatada de una alcantarilla donde la arrojaron con un tiro que le seccionó la columna

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

POLICÍA LOCAL DE PONTEVEDRA

El can, al que le tuvieron que practicar la eutanasia, presentaba hipotermia y había perdido todos los cachorros

19 jun 2018 . Actualizado a las 20:14 h.

Los servicios de emergencias tuvieron que intervenir el lunes por la noche en un nuevo episodio de maltrato animal que, a diferencia de otras ocasiones, no tuvo un final feliz. Una perra, que estaba preñada, murió tras ser rescatada de una alcantarilla en A Canicouva a donde la habían arrojado con un disparo que le atravesó la columna, confirmaron desde Os Palleiros.

Fueron precisamente los continuos quejidos de dolor los que llamaron la atención de los vecinos, que se pusieron en contacto con la Policía Local de Pontevedra. Los agentes comprobaron que el can, «ferido e posiblemente agonizando», se encontraba atrapado en una tubería de pluviales que discurre por debajo de un vial municipal.

La zona donde se hallaba no era accesible y los agentes de la Policía Local y de la Guardia Civil carecían de medios para alcanzarlo, por lo que optaron por ponerse en contacto con los Bombeiros. Telefónicamente, desde el servicio contraincendios les comunicaron que tampoco disponía de medios adecuados y abogaron por emplear una excavadora que pudiese abrir un hueco en el asfalto.

Antes de optar por esta solución, los policías desplazados optaron por otras soluciones. De este modo, se comunicaron con Viaqua, empresa concesionaria del saneamiento y abastecimiento de agua en Pontevedra.

Técnicos de esta firma se desplazaron hasta A Canicouva con una cámara de visión nocturna y un camión cisterna. El empleo del primero de los dispositivos les permitió alcanzar un registro desde el cual se consiguió alcanzar a la perra, que presentaba hipotermia, había perdido todos sus cachorros y no podía moverse al tener seccionada la columna, por lo que, ya en el veterinario, se le tuvo que practicar la eutanasia. «La dispararon y la dejaron ahí», criticó Gloria Cubas, presidenta de Os Palleiros. «No se podía hacer nada más por ella que ayudarla a marchar sin dolor», añadió.