Semana Verde revivió la masiva afluencia de público de hace décadas

Javier Benito
javier benito LALÍN / LA VOZ

PONTEVEDRA

miguel souto

Más de 100.000 personas visitaron en 4 días la propuesta ferial y de ocio en Silleda

11 jun 2018 . Actualizado a las 08:10 h.

A falta de sol y playa qué mejor que acercarse al interior gallego a disfrutar de la Semana Verde de Galicia, amalgamada en las últimas ediciones también como feria de muestras y de ocio. Además, con el aliciente añadido de aglutinar certámenes antaño con calendario propio como el salón turístico Turexpo o Festur, representativo de 45 fiestas de toda la geografía gallega, además del habitual Salón da Alimentación (Salimat) o Feira de Caza e Pesca (Fecap). Tocaba coger el paraguas en lugar de la sombrilla, pero casi ni hizo falta. Sí toda la paciencia del mundo porque en muchos momentos de la jornada dominical se colapsaron los accesos al recinto ferial, con colas desde la autopista AP-53, ante la dificultad para incorporarse desde las cabinas de peaje a la rotonda, así como en la N-525, ya desde Chapa.

Si llegar se dilataba, encontrar aparcamiento para el coche se convertía en otra odisea. Las leira park, embarradas, no daban abasto, ni tampoco el propio entorno del macro complejo ferial. Hacía años que no se vivía esa efervescencia de público con motivo de Semana Verde, convertida casi en un parque de atracciones con picos donde no cabía ayer un alfiler dada la variada oferta lúdica, desde dinosaurios gigantes a exhibiciones caninas y ecuestres, desde tirolina gigante o circuito de karts. Un reclamo añadido al propio certamen con más de 700 expositores de una veintena de países, donde encontrar una variada oferta de productos vinculados al agro y la ganadería, pero también alimentaria.

Ese amplio abanico de posibilidades intensificó la afluencia de público el fin de semana, con mayor oferta de ocio, mientras jueves y viernes el recinto ferial atrajo a profesionales en busca de productos o vías de negocio. No en vano hubo doscientas actividades programadas estas cuatro jornadas. El tiempo inestable puso la guinda al mermar el interés por irse a la costa y por ello no resulta descabellada la afirmación realizada desde la organización de Semana Verde de que fue la mejor edición en varias décadas, superando de forma amplia los 100.000 visitantes. Entre ellos alguno con la mano larga, ya que hubo denuncias de robos de carteras.

Las dificultades para llegar en coche o para aparcarlo, el abarrote tanto en los pabellones como en el paseo central o el ring hípico, permiten corroborar esa masiva presencia de visitantes, con colas para disfrutar de algunas actividades programadas. Y eso que había 17.812 metros cuadrados ocupados por los distintos certámenes aglutinados a la propia Semana Verde, que cumplía su 41 edición. Comienza a ser un escaparate del mundo para Galicia. Y las primeras impresiones resultaron positivas no solo en afluencia de público sino en la consecución o apertura de vías de negocio. Para cuantificar en millones de euros toca esperar.

En esta última jornada no faltaron concursos morfológicos, uno de ellos de perros de caza, celebrado por primera vez en varias especies de una docena de criadores. Otro de esos certámenes tuvo como protagonista al caballo de raza árabe, imponiéndose en el concurso internacional el potro Mansour Al Shuail, con Mar Iris como mejor ejemplar gallego. Además se daban a conocer a los ganadores del primer Open de Xadrez, con más de un centenar de competidores en varias categorías, llevándose el gran maestro de Muros, David Lariño, la victoria en la absoluta.