La policía cree que la red a la que intervinieron 54 kilos de heroína movió otros alijos previamente

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

LÓPEZ PENIDE

Un responsable policial asegura que «es una estructura criminal»

01 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Los 54 kilos de heroína intervenidos ocultos en un Porsche Cayenne en el 2016 no fue el primer alijo que movió la trama que se sienta estos días en el banquillo de la Audiencia de Pontevedra. Así lo sostuvo ayer el agente de la UDYCO que instruyó las diligencias policiales, quien insistió en que por el lugar donde se iba a producir la entrega y la forma en la que se concertó fue la percepción que tuvieron.

En todo caso, dejó claro que si hubieran tenido conocimiento de otros operativos para desplazar estupefacientes hubieran actuado, «los hubiéramos interceptado».

Este agentes de la Policía Nacional fue contundente al afirmar que los encausados constituían «una estructura criminal». Y es que en la misma se pudieron constatar la existencia de «personas que reciben, personas que pagan y personas que distribuyen al por menor. Es una estructura criminal que depende de otra estructura». Añadió que llegaron hasta los sospechosos a raíz de una serie de informaciones que aludían a que una persona que había sido condenada por narcotráfico seguía vinculada con este mundo, de tal modo que podría estar contactando con personas del Este de Europa. El responsable policial incidió en que confirmaron estas sospechas, de tal moco que el que consideran como cabecilla de la rama gallega de este entramado, Castor Manuel G. G., habría conectado con unos ciudadanos albaneses.

Las pesquisas posteriores determinaron que los clientes de Castor no solo se encontrarían en el sur de la provincia, sino también en el norte de Portugal. Según añadieron los agentes los seguimientos y vigilancias permitieron determinar cuando se iba a realizar el transporte de la heroína.

Coche balizado

En este sentido, el instructor de la UDYCO confirmó que, además de escuchas con el programa Sitel, se colocó una baliza en un vehículo. A este respecto, y a preguntas de una de las defensas, confirmó que no se comunicó esta circunstancias a las autoridades de terceros países por los que tuvieron constancia circuló este vehículo.

Un segundo agente ofreció algunos pormenores de cómo se produjo el arresto en un hotel de Tui de Castor, que mostraba «una actitud nerviosa», y de su mujer, «estaba tranquila», media hora después de que se hubiese interceptado el Porsche con la partida de heroína. Tras precisar que el primero estuvo pendiente de lo que ocurría en el exterior del negocio, como si estuviera a la espera, recordó que ambos le reprocharon que los hubiera detenido vistiendo el uniforme dentro del hotel.

En esta misma jornada, la pareja de uno de los acusados, José R. R., aseguró que la vivienda que compartía con este era de su propiedad y que la había adquirido con parte de los 289000 euros de la Bonoloto. Remarcó que los setenta mil euros intervenidos por la policía eran también parte del premio, al tiempo que lamentó que, desde que le decomisaron esta cantidad, «estoy viviendo casi en la indigencia. Esto me ha traído muchos problemas».