Descartan intencionalidad en la muerte de un anciano tras una pelea en un asilo

Alfredo López Penide
López Penide MARÍN / LA VOZ

PONTEVEDRA

RAMON LEIRO

Los expertos consideran que los golpes carecían de entidad para causar la muerte

29 may 2018 . Actualizado a las 05:05 h.

A principios de mayo de hace dos años, José Bugallo Gay, de 85 años, murió tras lo que se consideró fue una pelea con su compañero de habitación en la residencia de mayores de la calle Ezequiel Massoni de Marín. Este último, Antonio González Álvarez, de 87 años, fue encausado, si bien por aquel entonces quedó en libertad con cargos.

Ayer trascendió que los forenses han descartado la existencia de dolo -intencionalidad- en el fallecimiento de Bugallo Gay. En este sentido, los forenses alude a las lesiones que presentaba el cadáver, pero también al «mecanismo de producción, la zona en la que se causan sin afectar a regiones vitales y sin ser mortales de necesidad, el número de golpes y la baja/media energía con la que son propinados».

De hecho, reseñan que los golpes carecían de la «entidad suficiente para causar la muerte», de tal modo que esta se produjo por «por insuficiencia cardiorrespiratoria aguda». De este modo, se decantan por la tesis de que «se trata de una muerte de etiología médico legal natural en el contexto de unas circunstancias estresantes perimortales de carácter violento», al parecer, una pelea.

De este modo, si bien se trata de lesiones que por sí solas «no afectan a regiones vitales ni son mortales de necesidad», sí que, «de cierta manera, han contribuido, junto al estrés que provocaron en el fallecido los hechos acontecidos, en la descompensación cardiopulmonar que originó la muerte».

En definitiva, «las lesiones sufridas con la consiguiente pérdida de sangre y el estrés son concausas que contribuyen en el desencadenamiento de la muerte».

A este respecto, inciden en que las heridas observadas «indican existencia de pelea con lesiones de lucha o defensa, siendo altamente probable que ambos se encontrasen enfrentados».

El origen de la pelea

Los forenses, por otro lado, examinaron al sospechosos observándole una serie de heridas que es compatible con lo que les relató. Esto es, que su compañero de la residencia «le tiro la ropa por la ventana y se enzarzaron en una pelea», de tal modo que le asestó dos puñetazos y le golpeó por todo el cuerpo.

En todo caso, la Audiencia de Pontevedra considera que no se puede archivar la causa y que debe dilucidarse en un juicio si existe responsabilidad penal.