Incluyen el puente de la AP-9 sobre Mollavao en el plan contra el ruido

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

CAPOTILLO

La actuación tiene un coste de medio millón, si bien se tiene que concretar el proyecto

06 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras años de quejas vecinales, el Ministerio de Fomento ha incluido, finalmente, el puente de la autopista AP-9 sobre Mollavao dentro de los planes de acción contra el ruido. Este plan ha sido «aprobado provisionalmente», de tal modo que, en la actualidad, se encuentra en el período de información pública para que puedan formularse las correspondientes observaciones y alegaciones.

En cualquier caso, las actuaciones que se pueden realizar en este tramo de la AP-9 no se han concretado, aunque se precisa que afectará a ambos márgenes de la carretera. Y es que una vez concluya la fase actual de tramitación se tendrá que redactar un proyecto que «defina y concrete estas actuaciones de manera precisa», si bien desde la Administración central, que no ofrece una aproximación de cuando pueden comenzar los trabajos, se estima que el coste final ascenderá a 555.000 euros.

Al tratarse de una autopista, está inversión recaerá en la empresa concesionaria, Audasa. No obstante, en un respuesta remitida al diputado socialista Guillermo Meijón se precisa que el coste de la ejecución de estos trabajos se llevará a cabo previa aprobación del Ministerio de Fomento, «sin perjuicio de la responsabilidad que pudiera corresponder a otras Administraciones con competencias relacionadas».

En todo caso, y a diferencia de lo que ocurre con el primer tramo de la autopista que discurre por la ciudad de Vigo, se considera que el grado de conflicto en Mollavao es bajo. En el este punto, en el propio plan ministerial, se reconoce que, «desafortunadamente no existe en la actualidad una gama muy amplia de medidas directas de reducción del ruido originado por las carreteras, que puedan adoptar a corto plazo».

Barreras y asfalto

Es por ello que, en principio y en el caso del puente sobre Mollavao, solo se plantea la posibilidad de actuar sobre el asfalto o colocar barreras antirruido. Estas últimas evitan la transmisión del sonido que genera el tráfico rodado a las viviendas de este barrio pontevedrés, si bien se tiene que estudiar su viabilidad, pero también su eficacia a la hora de conseguir este objetivo: «Tanto la longitud de las barreras antirruido como su altura dependen de la distancia de las edificaciones a la calzada, de la altura de las mismas y de la diferencia de cotas de la calzada respecto de las edificaciones».

El principal hándicap que presenta esta solución es el hecho de que, «frecuentemente, las barreras construidas resultan cortas desde el punto de vista acústico». Y es que se ha venido comprobando que, «cuanto más alejada de la barrera esté la zona que se desea proteger, más larga deberá ser esta para conseguir un atenuación del ruido aceptable».

La otra alternativa es modificar la capa de rodadura de la AP-9. Desde Fomento precisan que esta solución conlleva «la sustitución del pavimento existente, caso de que no tenga propiedades reductoras de ruido, por un pavimento fonorreductor». La principal ventaja que presentan es que consiguen reducir «los niveles de ruido en todo el entorno de la carretera».

De hecho, los técnicos de Fomento consideran esta medida correctora como «muy adecuada en el caso de las carreteras interurbanas, ya que [su] eficacia es muy relevante para velocidades altas de circulación de los vehículos».

Fomento prevé actuaciones en 79,5 kilómetros de carreteras de la red secundaria

En el caso concreto de Pontevedra, los planes de actuación contra el ruido no se limitarán a la autopista. Fomento también prevé ejecutar trabajos para minimizar el impacto sonoro del tráfico en un total de 79,5 kilómetros de carreteras de la red secundaria e implicarán una desembolso económico de cerca de 42,8 millones de euros en distintos ejercicios.

Así, la partida más elevada se corresponde con las denominadas actuaciones complejas y que implica una partida de 16.591.000 euros para distintos tramos de la autovía A-55 o la PO-11, entre otras vías de comunicación. Por su parte, la colocación de barreras antirruido conllevará una inversión de 12,2 millones afectando a veintiséis kilómetros, entre ellos algún tramo de la N-640, donde, al igual que en la N-550, también se han previsto cesiones a algunos de los ayuntamientos por los que discurren estas travesías.

La autovía de Marín

Uno de los aspectos que recogen los documentos de Fomento es considerar las actuaciones en la PO-12 o autovía de Marín, a su paso por el término municipal de Pontevedra, como de una prioridad elevada. De hecho, los técnicos han situado esta carretera en el octavo lugar del listado de vías de comunicación a nivel estatal donde es perentorio intervenir. En su caso concreto, la actuación que se prevé es reducir el límite de velocidad, para lo cual se estima que será necesario invertir algo más de tres mil euros. Esta misma medida se aplicará en otros cinco kilómetros de carreteras de la provincia, caso de la A-52 o la N-525.