Fractura en la corporación

PONTEVEDRA

La aprobación del presupuesto municipal dibuja la confrontación entre un bando formado por BNG, Marea Pontevedra y PSOE contra otro integrado por PP y C?s

23 dic 2017 . Actualizado a las 20:40 h.

El debate y aprobación del presupuesto municipal de Pontevedra para 2018 ha desvelado una confrontación que va para largo. Se ha producido la división de la corporación local en dos grandes bloques. Uno de ellos, capitaneado por el gabinete de Fernández Lores e integrado por quienes han decidido alinearse con el regidor; el otro bando, integrado por quienes apuestan por mantener una oposición frontal.

Los primeros, los que formarían el bloque “pro-Bloque” (valga la expresión) son PSOE y Marea, los dos grupos municipales que han decidido apoyar la aprobación del presupuesto mediante sus respectivas abstenciones. Desde el pasado viernes y seguramente hasta las vísperas de las próximas elecciones locales de 2019, socialistas y podemitas han decidido atar su futura suerte electoral al rédito que puedan obtener de alianzas y apoyos que puedan prestar al gobierno nacionalista en minoría.

El bloque “anti-Bloque” está formado por Partido Popular y Ciudadanos. Ambos con una estrategia común, desgastar al BNG y de paso a PSOE y Marea. El objetivo principal del fuego conjunto de PP y C’s es Fernández Lores. Saben que solo una erosión notable del sustento electoral del actual alcalde podría franquearles el acceso al despacho principal de Michelena, 30. No obstante, la comunión de intereses entre el PP y los de Albert Rivera será coyuntural.

Aquel 4 de octubre

Fui testigo directo y privilegiado del momento en el que Miguel Fernández Lores se dejó querer por Tino Fernández y Luís Rei. Ocurrió en la recta final de aquel debate televisivo entre el alcalde y los cuatro portavoces municipales que moderé en el Pazo da Cultura. El regidor nacionalista fue muy claro: «Con vós e con vós tamén (dijo mirando a los citados) seriamos quen de chegar a acordos». Y para que no hubiera dudas, agregó «tendes a miña man tendida sempre que as vosas propostas non vaian contra o noso programa».

Desde aquel miércoles 4 de octubre, las distancias del BNG tanto con Marea y sobre todo con el PSOE se achicaron. Hasta plasmarse en los acuerdos previos que facilitaron la abstención de unos y otros que han supuesto un respaldo tácito al documento financiero que regulará la actividad inversora del Ayuntamiento.

Pero la alianza de intereses entre BNG, Marea y PSOE puede estirarse con otros rendimientos. Miguel Anxo Fernández Lores pronostica que lo que resta de este mandato, el quinto de su hegemonía municipal en Pontevedra, será el más potente en inversiones, pues se jacta de que hay una previsión de gasto de más de 40 millones de euros que, según el regidor, se plasmarán en los diecisiete meses que restan hasta llegar a la próxima cita electoral local.

Gran parte de esa cuantía es inyectada por proyectos que sufragan total o parcialmente otras administraciones como Diputación, Xunta de Galicia y Gobierno central, con las que el Ayuntamiento establece colaboraciones y convenios que posibilitan acciones como el Gran Montecelo o la Ronda Leste.

Pelea por ser la pareja

Para Miguel Fernández Lores el respaldo recibido y el clima de colaboración entablado, le permite disfrutar de una mayoría de gobierno «virtual» que no le habían dado las urnas en el 2015, apenas por un concejal. Reduce el fuego enemigo e incluso logra estabilizar la acción ejecutiva para disponer de un clima político más tranquilo en estos próximos meses.

Marea y PSOE rivalizarán por ser la pareja principal de baile del grupo de gobierno. Los comunes llevan un par de años de zizagueo. Es la consecuencia de un devaneo entre la estrategia local de Luís Rei y Carmen Moreira, y los dictados de la dirección regional de esa organización que alentó la colaboración con el BNG pontevedrés a cambio de recibirla en Santiago para beneficiar al alcalde compostelano, Martiño Noriega.

Tino Fernández y los suyos han producido un mayor cambio de rumbo. Después de un par de años de beligerancia, da la impresión que optan por una nueva estrategia en términos de colaboración. Probablemente el PSOE esté echando cuentas y valore que en 2019 este nuevo giro produzca mayor rédito electoral. Ambos, PSOE y Marea fían gran parte de su suerte futura en las urnas a embarcarse ahora con Lores en el año y medio que resta para los próximos comicios.

Lucha por el centro derecha

El nuevo escenario definido desde el pasado viernes también nos dibuja una mayor comunión de intereses de PP y Ciudadanos, claramente configurados como la única oposición. Y propone una interesante ecuación a despejar: ¿cuál será el partido que partirá en posición dominante para configurarse como alternativa a Lores en 2019? Hasta ahora siempre ha sido el Partido Popular, pero participo de la opinión de cuántos empezamos a creer que el próximo jueves 21 puede comenzar un vuelco de liderazgo en el centro derecha. Primero por Cataluña (si las encuestas que apuntan hasta una victoria de Inés Arrimadas, aciertan); después por el resto del Estado si Albert Rivera logra voltear al mismísimo Mariano Rajoy. Todo ese revolcón puede llegarnos en apenas año y medio a la escena local coincidiendo con la búsqueda de candidatos que tanto PP como Ciudadanos acometerán para combatir una presumible sexta victoria de Fernández Lores.