El joven que investiga la planta invasora que crece por el río Gafos

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

RAMON LEIRO

Tomás López realiza un trabajo fin de grado sobre las especies que desplazan a las autóctonas

07 dic 2017 . Actualizado a las 05:15 h.

Tomás López, un graduado pontevedrés en Enxeñaría Forestal, conocía a la asociación Vaipolorío de varias charlas que habían dado en la escuela. «Me gustó bastante la labor que estaban haciendo en el río Gafos y a mí siempre me había interesado el tema de las especies invasoras», cuenta este joven que en enero cumplirá 23 años y que está haciendo prácticas en la Misión Biológica de Galicia, dependiente del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Así surgió la posibilidad de hacer su trabajo de fin de grado (TFG) en colaboración con Vaipolorío. De hecho, el presidente de la asociación, Gonzalo Sancho, y la profesora asociada de Forestais Xana Álvarez son los directores de esa investigación, que lleva por título Eliminación de especies invasoras nas ribeiras do río Gafos.

Tomás López explica que la proliferación de especies invasoras tiene consecuencias para el medio ambiente y uno de los objetivos del proyecto es aportar alguna solución en el caso concreto del Gafos. Hace unos días se empezó el trabajo de campo en varias parcelas y los resultados se esperan conocer dentro de seis meses. «Voy a hacer un estudio de las especies vegetales invasoras que hay, tres o cuatro bien, quizá alguna más, y me centraré en la tradescantia, que es la que más está afectando al Gafos», expone.

Planta ornamental

Tradescantia fluminensis es el nombre científico de la planta, conocida también como «oreja de gato» o «amor de hombre». Tomás López alude a que la tradescantia llegó a Galicia como planta ornamental. «Es una planta que viene de Sudamérica, de Argentina y Brasil, principalmente, y que ahora está extendida por bastante territorio a lo largo del mundo. Es rastrera, se ve por el suelo, crece y se reproduce muy rápido», subraya. Las heladas le afectan bastante, sobre todo en las capas superiores. «Pero no las matan del todo», aclara.

El autor del trabajo de investigación hace hincapié en que uno de los efectos más negativos de la proliferación de invasoras es que desplazan a especies autóctonas. «Ese es el principal problema de cualquier especie invasora, siempre desplaza y perjudica a las autóctonas», apunta. La labor de campo se centra en una zona sombría del sendero del Gafos, donde había la mayor densidad de tradescantia. «Es una planta de sombra que en zonas de sol se ve menos, son más pequeñas y tienden a un color más amarillento», señala.

Tomás López aplaude las iniciativas medioambientales de Vaipolorío, pero cree que la Administración «podría ayudar un poco más porque es la que tiene los recursos».