La maleza oculta el paso del río a la altura del centro de Caldas

Marcos Gago Otero
marcos gago CALDAS / LA VOZ

PONTEVEDRA

MARCOS GAGO

La escasez de lluvias y el bajo caudal dejan un manto verde en vez de la lámina de agua a ambos lados del puente de A Ferrería

21 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Verde que te quiero verde. La primera línea del famoso poema de García Lorca podría aplicarse tranquilamente al tramo urbano del río Umia a su paso por Caldas. No hay más que ponerse en el puente de A Ferrería y mirar a la izquierda y la derecha. Por cada metro cuadrado de lámina de agua, de escasa profundidad a estas alturas del año, encontrarán varios metros cuadrados de un intenso color verde. Y es que la vegetación lo cubre todo, lo invade todo y si no se corta antes de que llueva fuerte, y el otoño y el invierno están encima, el riesgo de repetir las imágenes pretéritas del Umia corriendo por la rúa Real podría volver a repetirse.

Empecemos aguas arriba, junto a los bancales al lado del parque jardín y la carballeira. La escasez de lluvias de este año ha acelerado la pérdida de caudal del río, pero el Umia, en este punto, porta concentraciones, más o menos grandes, de algas y otras plantas, que empiezan a multiplicarse sobre la lámina de agua donde se practican deportes fluviales. Las canchas están ahí, sobre el río, pero también lo está el inicio del manto verdoso que todo lo invade a pocos metros más allá. En la pequeña represa que cruza el Umia de un lado al otro, el agua no es suficiente para poder pasar por encima y la vegetación acuática avanza, inexorable, incrementando la sensación de barrera.

En los puntales del puente de A Ferrería, la sedimentación excesiva ha creado islotes y sobre ellos prolifera aún más la maleza. Aquí ya no son algas, sino juncos. El río lo tendrá difícil para discurrir tranquilo por los ojos del puente y basta mirar para la pasarela peatonal que discurre por debajo del puente para ver la vegetación llegando a la misma altura que las tablas. Ya lo advertía el alcalde, Juan Manuel Rey, con dos personas en la limpieza desde Segade, no se puede hacer mucho. «Unha tomadura de pelo» de Augas de Galicia, sostuvo. Y si se mira cómo está el río en este punto, es comprensible el malestar del Concello. El río no se limpiaría a tiempo ni con dos ni con cuatro personas. Si no se pone en marcha una brigada y cuanto antes, la vegetación acabará incluso cortando el paso de la pasarela.

Aguas abajo de A Ferrería, la habitual estampa del balneario junto al Umia es imposible hoy en día. Más bien parece que el balneario está junto a un prado o como mucho en una finca encharcada. Y aguas abajo, en paralelo a la finca de A Tafona, la situación pinta aún peor. Aquí la acumulación de plantas es tal que los lados del Umia son un carrizal. Estaría bien si se tratase de Doñana, pero en un casco urbano, un cauce tan lleno de vegetación es mucho más propicio a las inundaciones.

Por su parte, la Consellería de Medio Ambiente hizo públicos los resultados de los últimos análisis del lunes 11 en el embalse de A Baxe. La Microcystis ha caído mucho en la cola, remonta un poco en la presa y se dispara en la captación de Segade.