Ocho siglos viendo cambiar el mundo para darle oxígeno

carmen garcía de burgos PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

DIPUTACIÓN DE PONTEVEDRA

Casi medio centenar de ejemplares singulares de 41 especies distintas convierten la provincia en un tesoro natural

16 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Algunos tienen hasta 800 años de edad, y han sobrevivido, no solo a un nuevo entorno, sino a un nuevo mundo. Proceden de países como China, Japón y Nueva Zelanda, pero supieron adaptarse al clima, tierra y condiciones de pequeños lugares protegidos de Galicia. Han visto pasar a millones de personas junto a sus troncos, y han resistido temporales, sequías, inviernos, veranos y cambios políticos y sociales. Y muchos de ellos ni siquiera son conocidos. Otros sí tienen un pequeño club de admiradores y protectores. Fueron estos, los vecinos del propio carballo de Santa Margarida, en Pontevedra, quienes se movilizaron sin tregua hasta que lograron convencer a los políticos de que era necesario cuidar el centenario árbol, que fue incluso mencionado por el Padre Sarmiento. Pero hay otros que son menos conocidos. Y que siguen siendo singulares.

Se trata de 48 árboles y nueve formaciones arbóreas de 41 especies que son consideradas reliquias botánicas, explica la Diputación de Pontevedra, que acaba de publicar en su página web una completa ficha de cada uno de ellos, con sus datos más técnicos y también la historia que los rodea. En ella explica que todos estos ejemplares «tienen un gran valor científico, cultural, didáctico, paisajístico y ornamental, y suponen un legado que se mantiene en el tiempo, tanto en zonas rurales como urbanas», y cita, entre otros, los parques, castillos, pazos, jardines, montes y fincas que les dan cobijo. Y, en ocasiones, cuentan incluso con el privilegio de unas vistas impagables, como en el caso de la simbólica carrera de bojes de la isla San Simón.

Su misión es dar oxígeno, hacer respirar al planeta y a sus habitantes. Y para protegerlos, la Estación Fitopatológica Areeiro (EFA), dependiente de la Diputación, trabaja en la clonación de algunos de sus ejemplares más valiosos, adelanta la institución provincial, como la Higuera del Meco, un árbol de más de 100 años situado entre dos peñas del monte de A Siradella (O Grove). Otros ya lo han sido y, de hecho, en el Pazo de Lourizán hay una finca con más de 700 clones fruto de experimentos genéticos de castaño para conseguir el fruto gallego y la resistencia asiática.