Cuando la delegación de Pontevedra aterrizó en Norteamérica, hace ya una semana, hay que decir que, con toda la lógica, a los mexicanos se le atragantaban algunos de los nombres de los políticos del Lérez e incluso la propia palabra Pontevedra. La primera autoridad en cuestiones económicas de Ciudad de México intentó en vano tantas veces decir Pontevedra correctamente que al final alguien le dijo que quizás se le sería más fácil Pontus Veteris y él, con humor, señaló: «Eso me gusta mucho más, muchas gracias». Conforme los días fueron pasando y los escenarios fueron variando, ya nadie dudó sobre la pronunciación de Pontevedra. Pero con los nombres y apellidos del alcalde no fue tan fácil.
Al principio, Lores fue el alcalde Flores. Lo fue en varios discursos oficiales, así que la expedición, incluso los empresarios pontevedreses, en clave de humor, acabaron llamándole así. Pero las cosas fueron mejorando. El Lores le empezó a ganar la partida al Flores. Y, de igual manera, del Fernando que le encasquetaron de segundo apellido al alcalde el primer día, se pasó al Fernández posterior.
Otro cantar es el tema de Miguel Anxo. Eso ya no logran pronunciarlo tan bien. Dicen Miguel Anjo, Miguel Ancho... ayer, en León, el alcalde les dio un truco para no equivocarse más. En medio de un discurso intenso, con numerosísimas referencias a todo el tejido económico de Pontevedra e incluso de la provincia -habló por ejemplo de la presencia de Citroen en Vigo y la presencia de auxiliares de la firma en Pontevedra, del sector turístico de todas las Rías Baixas o de la importancia del vino-, Lores soltó algunas de sus perlas, Y, sin duda alguna, una de ellas, después de ver que su nombre se les seguía atravesando a los mexicanos, fue: «Soy Miguel Anxo, igual que Shakira. Ustedes saben decir bien Shakira, así que no les resultará difícil decir mi nombre si piensan que es como el de ella», dijo.
Mientras el alcalde hablaba para las autoridades en León, los empresarios pontevedreses seguían su propio guion, aprovechando la estancia en la ciudad para reunirse con un grupo de profesionales de la ciudad. El grupo pontevedrés sí o sí tuvo que dividirse ante la frenética agenda de actos.
Hoy, el guion de los pontevedreses llega a su momento más importante. El alcalde hablará en el Senado del modelo urbano. Aunque se trata de un acto de relieve, algunos de los empresarios tendrán que perdérselo porque no dejan de salirles nuevas entrevistas y reuniones. Es más, alguno de ellos confirmaba ayer que tendrá que volver en unos meses a México porque hay administraciones interesadas en sus servicios que le citaron para ese mes. «Estamos a tope», se les escucha decir.