Peregrinaciones en O Corpiño

Javier Benito
j. benito LALÍN / LA VOZ

PONTEVEDRA

rober amado

El santuario lalinense, en pleno Año Santo Mariano, revive el trayecto de la última aparición de la Virgen

31 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

O Corpiño se convierte en polo de atracción de millares de fieles a la devoción mariana, con romerías multitudinarias para curar todo tipo de males. Pero el santuario lalinense vive un momento histórico tras la concesión del Papa Francisco del Año Santo Mariano, que concluirá en junio del 2018 con la coronación pontificia de la Virgen con el niño. Una celebración que incrementará la afluencia de personas, que además podrán sumarse a iniciativas como la estrenada ayer con la recuperación del denominado Camiño dos Pastorciños.

Si el día 25 fue la solemne apertura de la Puerta Santa del santuario de O Corpiño, por primera vez en su historia, ayer se celebraron sendas peregrinaciones que revivieron la primera realizada por pastores hace nueve siglos. Un recorrido que hicieron junto al párroco y vecinos del lugar en la considerada última presencia de la Virxe do Corpiño. El Relato de las Apariciones habla de «un gran gentío» que fue a la ermita «en solemne rogativa desde la iglesia parroquia de San Pedro de Losón». «Era el 24 de junio y se realizó una nueva y última aparición de Nuestra Señora, a presencia de todo el pueblo que, postrado en tierra, prorrumpió en llanto y gratitud y amor a la Emperatriz de los Cielos, que desapareció confundiéndose con la atmósfera, a la manera en que el aire se engendra una nube o se disuelve en tiempo de verano», reza un fragmento de la citada publicación.

Ese recorrido se repetirá todos los domingos, con salidas a las 11.00 y 17.00 horas desde el santuario hasta la iglesia de San Pedro de Losón, para partir en peregrinación desde aquí media hora después en cada una de las dos convocatorias. Ayer se estrenó esta iniciativa, con más afluencia de fieles por la mañana, portándose la Cruz y rezándose el rosario, además de recordarse ese camino de los pastorcillos, para entrar por la Puerta Santa y asistir a una eucarística.