A falta de reforma, al menos llegó el asfalto al nudo de bomberos

María Hermida
maría hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

emilio moldes

El acceso se libró al fin de los enormes baches que tenía

21 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Si los anuncios políticos se cumpliesen, probablemente, el nudo de bomberos, uno de los principales accesos a la ciudad pontevedresa, ya no sería el cruce caótico que es ahora, o al menos estaría en plena obra de reforma. Pero las palabras se las lleva el viento. Y aquello que dijo la ministra Ana Pastor en septiembre del 2015, en un acto para inaugurar el desdoblamiento de la avenida de Vigo, finalmente no se cumplió. La titular de Fomento señaló entonces que la reforma del nudo la licitaría Audasa en el 2016. Pero terminó el año, está a punto de concluir el primer semestre del 2017 y de esa obra se sabe poco. Lo último que indicó el Concello es que el proyecto definitivo asciende a cinco millones de euros. Pero ya no se dan plazos. Así que la reforma, de momento, parece haberse quedado dormida en algún cajón. La única buena noticia es que en las últimas horas, a falta de la remodelación necesaria, al menos se asfaltó el citado nudo.

Aglomerar una zona con un tránsito tan numeroso y con un cruce tan complicado no debe ser fácil. Así que la actuación se hizo por la noche y con numerosa señalización para evitar percances. De hecho, el lunes, sobre las 23.00 horas, el zafarrancho era notorio. Había numerosas máquinas y operarios trabajando en la zona para asfaltar el trazado. No se pudo concluir en una sola velada y al cierre de esta edición las máquinas volvían a estar en la zona del nudo, previsiblemente para continuar trabajando en cuanto anocheciese.

Si habitualmente hay que tirar de prudencia en una intersección que se le atraganta a muchos conductores -los propios efectivos de Tráfico señalan que a veces se quedan sorprendidos de cómo muchos pilotos se confunden en este punto-, ayer era necesario extremar las precauciones. No en vano, debido al asfaltado, el nudo estaba sin pintar y las posibilidades de confundirse aumentaban. Eso sí, al fin ya era posible conducir por este entorno sin que el coche fuese dando tumbos, cosa que llevaba pasando todo el invierno a cuenta de los baches existentes. Ahora toca esperar por la reforma.