Prosagal tilda de mafia al resto de sindicatos tras su cese en la junta de personal del Chop

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

RAMÓN LEIRO

Siete centrales hicieron valer su mayoría para relevar de sus funciones a la presidenta y secretaria

21 abr 2017 . Actualizado a las 16:05 h.

«Verdadero golpe de estado sindical» o un «exercicio de opción democrática». Son las dos versiones de lo ocurrido ayer en la reunión de la junta de personal del Complexo Hospitalario Universitario de Pontevedra (Chop). En poco más de media hora se materializó el cese de la presidenta y la secretaria de este órgano de representación de los trabajadores de los hospitales públicos de la ciudad -Carolina Iñarrea y María Ferrero, de Prosagal- y el nombramiento de los nuevos cargos. Carmen Revenga, de CESM-O’Mega, es ya la nueva presidenta de la junta de personal y Xermán Rouco, de CIG-Saúde, el secretario. En principio desempeñarán estos cargos por un período de cuatro meses, ya que la intención de los siete sindicatos es que esos puestos sean rotatorios. Algo que Prosagal considera una «inestabilidad» y una «pérdida de tiempo».

La sesión, celebrada en el salón de actos del Hospital Provincial, se despachó sin explicaciones por parte de las centrales que impulsaron el cese de las directivas de Prosagal amparándose en una «perda de confianza para exercer as funcións encomendadas». Prosagal pretendía que CESM-O’Mega, CIG, Comisiones, TSP, Satse, UGT y CSIF motivaran esa pérdida de confianza, pero no fue así. La propuesta de cese se aprobó con 17 votos a favor y 8 en contra, mientras que el nombramiento de los nuevos cargos salió adelante con 17 votos a favor y 7 en contra.

Los miembros de Prosagal en la junta de personal abandonaron el salón de actos entre vítores de sus seguidores. Dos horas después, Carolina Iñarrea y María Ferrero comparecían ante los medios para dar su versión de lo ocurrido. La ya expresidenta, que llevaba casi dos años en el cargo, anunció que estudiarán con sus abogados si la convocatoria de ayer fue legal. Según su versión, incumple dos artículos del reglamento de régimen interno. Al margen de esas cuestiones formales, centraron su exposición en un ataque a la estrategia de los siete sindicatos, a los que calificaron de «verdadera mafia».

Cuestionaron su «absentismo» en muchas juntas de personal y achacaron el éxito de Prosagal en las elecciones del 2015 a su «mala praxis» y «nula voluntad de trabajo». Afirmaron que su forma de representar a los trabajadores choca con un sindicalismo al que le era «más cómodo pactar entre ellos en cafeterías y en despachos con la Administración». «Nosotros hacemos uso de las horas sindicales, pero no estamos liberadas», subrayó Iñarrea. Achacó la «prisa» del resto de centrales en llevar a cabo el cese para hacerse con la dirección y tener mayor influencia en las decisiones de la Xerencia.

Por su parte, la nueva presidenta, Carmen Revenga, señaló en un escueto comunicado que las funciones que le corresponden a la presidencia son solo «actuar de representante/portavoz das decisións e dos mandatos tomados polo órgano colexiado».