Poesía, música y danza amenizarán el acto de entrega del Premio del Consello da Cultura Galega al Museo de Pontevedra
02 feb 2017 . Actualizado a las 05:05 h.«Se ocorrese unha catástrofe e tivésemos que elixir dez obras de arte imprescindibles para entender a evolución da cultura galega, nestas instalacións habería varias». Ni el director del Museo de Pontevedra, Carlos Valle, ni el diputado de Cultura, Xosé Leal, podían ocultar ayer su orgullo por el complejo museístico, al que apenas le quedan una horas para ver reconocido. El acto de la entrega del premio del Concello da Cultura Galega a la institución dará pretende dar paso a varias disciplinas artísticas protagonizadas por autores locales.
Alrededor de las siete de la tarde comenzarán a oírse los primeros acordes de composiciones de Manuel Quiroga interpretadas por Sergio Heredia. «Non co seu violín orixinal, que está baixo chave», bromeaba el máximo responsable del complejo cultural. La música dará paso a otros sonidos, casi igual de importantes: los de las palabras. Las distintas autoridades pronunciarán sendos discursos de reconocimiento y agradecimiento a «toda unha traxectoria», matizaba Valle. Y en ello está parte de su encanto. Para empezar, porque no es un premio al que se concurra «onde sabes que tes opcións de gañar». Para seguir, porque no es un reconocimiento a una acción puntual, sino a centenares, miles, de ellas. Y, para concluir, porque es colectivo. Por eso la idea es que la entrega del premio se convierta en una fiesta «dos traballadores e dos cidadáns», pero sin olvidar a quienes hacen cada día el Museo de Pontevedra desde dentro.
La Diputación de Pontevedra -con Leal al frente del área-, el Concello y el Museo -con Valle a la cabeza- expondrán sus ponencias justo antes de que Davide Salvado rompa las fronteras del arte de piedra con un espectáculo de música tradicional combinada con danza contemporánea y baile tradicional. Lo hará acompañado de Daniel Pardo y Rosi Leiro. También hará una breve intervención la cantautora Alba María acompañada del músico Felipe Villar. Tamara Andrés pondrá el broche con una performance en la que combinará poesía y audiovisual. Se trata de mezclar elementos tradicionales y nuevos en el premio a toda una trayectoria de un siglo.
Por cierto, las tres piezas que salvaría Carlos Valle son el Tesoro de Caldas, las dos figuras testamentarias del Pórtico de la Gloria y Vento Mareiro, de Castelao. Pero hay más joyas, advierte.