Noalla denuncia la invasión de penachos en toda A Lanzada

Marcos Gago Otero
marcos gago SANXENXO / LA VOZ

PONTEVEDRA

MARCOS GAGO

Los comuneros sanxenxinos critican que la Xunta priorice la tala de pinos frente a la expansión de la hierba de la Pampa

26 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Temerosos de que la playa de A Lanzada se convierta en un mar de penachos blancos, los comuneros de Noalla reclamaron a la Xunta que actúe de inmediato para frenar la invasión de la hierba de la Pampa que crece por todas partes, en el istmo y hasta la propia arena. Los comuneros sanxenxinos también reprocharon a Conservación da Natureza que haya impulsado la tala de pinos en este entorno por su impacto en las dunas y que, sin embargo, deje intactos las crecientes y espesas formaciones de la planta invasora sudamericana. El portavoz de los comuneros, José Manuel Rodiño, lamentó que este ámbito haya sufrido agresión tras agresión durante décadas, con el visto bueno de la Administración, y que la Xunta no evite la proliferación de una planta que amenaza la biodiversidad de A Lanzada.

Para Rodiño, el pino y otras especies autóctonas llevan como un siglo colonizando el istmo de A Lanzada y su entorno inmediato, a un ritmo muy lento, mientras que la hierba de la Pampa, en cosas de pocos años, crece por todas partes. «Eu fago un chamado á cordura a Medio Ambiente á hora de tomar decisións sobre A Lanzada, o piñeiro non é unha especie invasora e nunha extensión de 1,5 millóns de metros cadrados hai so 200 árbores en cen anos». Insistió en que los pinos están sobre todo en las zonas donde la arena es una capa superficial y debajo hay tierra, frente a los sistemas dunares que sí están siendo afectados por la hierba americana.

Una inspección in situ, bajo la guía de los comuneros de Noalla, sirve para evidenciar la extensión de la plaga y el riesgo potencial a la biodiversidad en este espacio natural, declarado zona ZEPA de especial protección para las aves y que está integrada en la Red Natura 2000.

La planta prospera en el párking de Noalla, y empieza a invadir los márgenes del antiguo campo de aviación y los dos laterales del vial del istmo. También se avanza hacia la arena desde los desniveles que bajan de la PO-308 al mar y en las fincas al otro lado de la carretera. Su avance hacia los frágiles ecosistemas dunares es evidente y supone un riesgo para las infraestructuras, según los comuneros. «Está crecendo por debaixo da pasarela de madeira que está facendo a Xunta e acabará levantándoa, non sei porque non a retiraron esas plantas de aí antes». Para Rodiño, este es solo un ejemplo de abandono. Otro son las casetas de la captación a O Grove, vacías, feas e inservibles y que nadie retira.