Un cruce de rutas marítimas comerciales entre el Mediterráneo y la fachada atlántica peninsular
PONTEVEDRA
En cada una de de las excavaciones a lo largo de los últimos cien años los resultados han amplificado la importancia de esta ubicación para la Historia de Galicia
25 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.El yacimiento arqueológico de A Lanzada se ha excavado en diversas ocasiones en los últimos cien años. En cada una de esas citas los resultados finales han amplificado la importancia de esta ubicación para la Historia de Galicia. Primero se pensó en un típico castro, pero la piqueta de los arqueólogos tiró por tierra esta idea. Ciertamente en A Lanzada hay restos de la civilización castrexa, anterior a la llegada de las legiones romanas a lo que llamaron Gallaecia. Sin embargo, ni hay muros, ni fortificaciones. Su uso principal no parece que fuese militar ni defensivo. Entonces, ¿qué? Todo parece indicar que más bien se trata de un gran centro comercial, del que no sabemos su nombre pero del que surgen aquí y allá las evidencias de entre las sombras de los siglos y las montañas de tierra acumuladas,
Varios siglos antes de la era cristiana, quizás incluso ochocientos años atrás, A Lanzada estaba ya habitada. Un asentamiento costero que estaba conectado con las rutas marítimas, primero regionales y después internacionales. En A Lanzada se han encontrado materiales púnicos, restos que se ligan a la civilización surgida de las colonias fenicias del norte de África o de la costa peninsular mediterránea como Cádiz.
A mayores y un tiempo después se consolida un establecimiento comercial de salazón. No hay que olvidar que la sardina y otros productos marinos gozaron de una importante demanda en los mercados internacionales antiguos. La factoría prerromana se amplió con la llegada del Imperio, que expandió el flujo de productos marinos más allá. Se sospecha que hay una villa romana en alguna parte del yacimiento, pero aún no han aparecido indicios.
Rafael Rodríguez sí que indica que ha aparecido un muro que les ha dejado perplejos. Parece una estructura de contención de tierras, pero que a diferencia de otros castros sigue una técnica constructiva mediterránea. Otra vez el impacto del viejo Mare Nostrum de los romanos.
Lo mismo revelan más de cien fragmentos de terra sigillata encontrados este mes en A Lanzada. Refuerza la noción de la alta capacidad adquisitiva de parte de la población galaico romana. Es vajilla de alta gama, cara. Un pedazo precisamente de una vasija tiene una inscripción de la que solo se conserva una parte. Podría ser un crismón cristiano, o cualquier otra cosa. Ya se verá cuando se estudie con más detalle. Y no hay que olvidarse, aparte de las tumbas, del esqueleto de un perro, que si el carbono catorce, confirma que es antiguo sería un ejemplar casi único, por su estado de conservación y su rareza.