Todas las hipótesis se mantienen abiertas respecto a la desaparición de Diana Quer, la joven madrileña de 18 años de la que nada se sabe desde la madrugada del pasado 22 de agosto. Los investigadores de la Policía Judicial de la Guardia Civil de A Coruña, que cuentan con el apoyo de agentes especialistas de la Unidad Central Operativa (UCO), continúan con sus pesquisas en busca de algún indicio, de alguna pista, que pueda conducir a saber dónde se encuentra Diana Quer y que es lo que le ha pasado. En el primer momento se trabajó con la posibilidad de que la joven se hubiera marchado voluntariamente de la casa de veraneo en la que residía con su madre, Diana López-Pinel, y con su hermana, Valeria, de 16 años. Pero esa era solo una hipótesis, ya que los investigadores no descartan que la joven haya sido víctima de alguna acción violenta. Y en este punto se mantienen dos posibilidades: que su marcha voluntaria se hubiese torcido y hubiese terminado mal, o que en realidad la desaparición haya sido contra la voluntad de chica.
Las últimas horas
A las pocas horas de la desaparición, la Guardia Civil dirigió sus investigaciones hacia el entorno más cercano de Diana Quer. Familiares, amigos y conocidos fueron examinados por los agentes. Se trataba de reconstruir las últimas horas de la joven antes de su desaparición, de saber con quién estuvo, con quién habló, con quién se cruzó aquella madrugada del 22 de agosto tras abandonar la fiesta que se celebraba en el centro de A Pobra do Caramiñal.
Y para reconstruir esa última noche hay que volver sobre los pasos que dio Diana. Por eso los agentes están volviendo a hacer preguntas a personas que ya prestaron declaración en anteriores ocasiones. Se trata de «ratificar actuaciones anteriores», tal y como explicó ayer en A Coruña el delegado del Gobierno, Santiago Villanueva, quien descartó que en este momento se esté trabajando sobre un perfil de sospechoso en relación con esta desaparición.