El palista del Club Naval, tercero en la Ocean Race entre Ons y Aldán, se centra ya en el descenso del río Sella
28 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Una regata de unos quince kilómetros es poco más que un exigente paseo para un deportista de élite. Pero si ese trayecto hubiese que hacerlo en mar abierto con unas condiciones de fuerte viento y mar de fondo, más de uno se lo pensaría dos veces. No es el caso de Breogán Monteagudo, un especialista en las regatas de río y pista que no dudó ni un segundo en aceptar el reto.
«Ya había participado en una regata en mar abierto en A Lanzada», puntualiza en actual campeón del descenso del Umia, sin embargo la Ocean Race entre Ons y Aldán poco tuvo que ver con aquella experiencia en la costa sanxenxina. «Fue una prueba muy dura, con el mar muy picado y olas muy grandes», relata todavía abrumado el palista de Meis.
Al final llegó al puerto de Aldán en tercer lugar. Por detrás del doce veces campeón del mundo, el sudafricano Ócar Chalupsky; y el palista de Cambre, Adrián Carpente. «Estoy muy contento por ese tercer puesto», recalca un Monteagudo que iba viendo como muchos rivales sucumbían a la fuerza de las olas, «estuve a punto de volcar varias veces», admite el palista del Club Naval más acostumbrado a las aguas tranquilas de ríos y embalses que al estrés de las aguas abiertas.
Fue un compañero veterano de su equipo el que embarcó a Monteagudo hacia Ons. «Me dijo que él iba a participar y dije, yo también voy», explica el palista cómo le surgió la idea. Sin embargo a medida que llegaban a la isla en barco, muchos se estaban planteando regresar en buque por el aspecto hostil que tenía el mar el pasado sábado.
Pero el meisense no se amilanó y consiguió llegar tercero a bordo de su surfsky, una piragua mucho más larga, pesada y lenta que los kayaks a los que está habituado.
A bordo de uno estará dentro de quince días en Ribadesella para participar, formando equipo con su hermano, en el descenso más esperado del país.