Es media mañana y en el club de jubilados de la Casa do Mar de Vilagarcía hay partida. Juegan en una mesa un dúo de Manueles, uno de Carril y otro de Meis -viene desde Vilanoviña los martes y sábados a entretenerse con los naipes- y un hombre llamado José María, natural de Noia. Los tres son viajeros. Y expertos en excursiones del Imserso. «Eu levo catorce ou quince anos indo. É unha maravilla. Aínda viñemos hai pouco de Canarias», señala uno de ellos. Y los otros asienten. Luego, debaten sobre qué destinos les gustan más y llegan a una conclusión clara: «O mellor é ir a Torremolinos e Benidorm... Son zonas moi bonitas e moi tranquilas», afirman con contundencia. Viajan con sus mujeres y a la vez con grupos de amigos. A veces, no consiguen plaza para el lugar que eligen pero «o que nos dan nunca está mal». Eso sí, creen que los precios podían ser más bajos. «Non é tan barato», dicen.