La tensión política enmaraña el pleno

Serxio Barral Álvarez
Serxio Barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Insultos, reproches, sospechas veladas y faltas de respeto tiñen una sesión sin acuerdos relevantes

31 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando se pierden las formas el debate político queda diluido. Eso es lo que pasó ayer en el pleno de casi cinco horas que se celebró en Pontevedra. Ya sea por conflictos abiertos, por la proximidad de las elecciones o simplemente porque ayer era el día de enmarañarlo todo, un pleno cargado de mociones sin demasiada enjundia acabó siendo una sesión espesa, tensa y dura. Tanto que tras cuatro horas de pleno se aprobó ¡sin debate! el apoyo a la marcha contra Ence del próximo sábado (PP y Ciudadanos, obviamente, votaron en contra). Los grupos, con prisa por cerrar la sesión, también respaldaron sin abrir la boca iniciar el expediente para nombrar hijo predilecto de la ciudad a Sabino Torres. En este caso, por unanimidad.

Hasta llegar a ese momento, la tensión había ido creciendo desde el inicio. El primer punto era una moción del PP pidiendo transparencia sobre los viajes del alcalde. Todos, incluido el BNG, estuvieron de acuerdo en que se dé cuenta de los gastos a través de la web, de que se informe de la agenda institucional de los viajes y de que haya una comparecencia anual en la comisión de Réxime Interior para dar detalles de los mismos. Pero el debate dejó lo peor del pleno. «A rañala» fue la contestación que dio Lores, con el micrófono cerrado, a la pregunta del portavoz del PP, Jacobo Moreira, de qué había hecho en Lovaina (Bélgica) la semana pasada. «¡Mamarrachos!», espetó César Mosquera (BNG) a los concejales del PP, una expresión que se negó posteriormente a retirar. Lores completó la batería de lindezas afirmando que siente «noxo» (asco) al escuchar a Moreira o que se avergüenza del portavoz del PP «todos los días de Dios».

Trataba de mediar el portavoz de Marea, Luís Rei, abogando «por que este non sexa o pleno no que se abre a veda da falta de respecto», e incluso el PSOE, Agustín Fernández, pidiendo que la sesión no se convirtiera «nun debate de telebasura».

Posteriormente el socialista obvió su propio consejo al reírse abiertamente, hasta casi rayar la burla, de una intervención de Tomás Abeigón (PP), o al cuestionar la «pereza» que, a su parecer, muestra la Fiscalía a la hora de analizar asuntos en los que está involucrado el grupo popular.

Tampoco se mostró muy respetuoso con sus compañeros del corporación Rafael Domínguez (PP), que calificó de «bajeza moral intolerable» una moción del PSOE sobre la dispensación de medicamentos para la hepatitis C que finalmente fue aprobada.

A la hora de sembrar dudas la palma se la llevó César Abal (PP), que dejó caer que la supuesta «opresión fiscal» a que somete el gobierno del BNG a los pontevedreses «é soamente para encher o seu peto». Posteriormente aclaró que quería referirse «ao peto do Concello».

Ese fue el nivel del debate plenario de ayer. Una sesión en la que a instancias de Marea se aprobaron cuestiones como que el Concello entre en la «red internacional para la despatolixización transexual» o que se elabore un plan municipal para el gestión de colonias felinas. El PP logró respaldo para la adhesión de Pontevedra al plan de vivienda vacías de la Xunta y para que desde el Concello se promueva la actividad física. Se rechazaron propuestas del PP sobre el IAE y para recuperar el Plan de Acción Comunitaria de la Diputación; y una de Marea pidiendo la paralización de la ampliación de la depuradora de Os Praceres.

Marea retiró una moción en la que pedía que no se amplíen los contratos de la basura y el agua, que vencen en el 2017. PSOE y Ciudadanos anunciaron su apoyo y el PP dejó entrever que podría secundarla en lo relativo a la basura. Luís Rei trató de cambiarla sobre la marcha para garantizarse este apoyo, pero el secretario no lo permitió y Marea retiró el asunto anunciando dos mociones para junio: una sobre el agua y otra sobre la basura.