La dentadura vincula a un vecino de Estribela con los restos de Bora

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Terrenos a orillas del río Lérez donde fueron localizados los restos humanos hace un mes.
Terrenos a orillas del río Lérez donde fueron localizados los restos humanos hace un mes. Capotillo

Carlos Calvar, de 41 años y padre de un niño, llevaba desaparecido cuatro años

23 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Menos de un mes ha tardado la policía científica en poner un nombre y un rostro a los restos humanos hallados el 24 de marzo pasados en una finca de Bora. Tal y como adelantó en su día La Voz, el cotejo de la mandíbula ha sido crucial para concretar que el fallecido es un vecino del barrio de Estribela de 41 años, Carlos Calvar Castro.

Según trascendió ayer, el análisis de la dentadura y, más concretamente, de las coronas dentales, ha permitido esclarecer este caso. Las fuentes consultadas aludieron, asimismo, a que también se pudo extraer ADN de los restos óseos, si bien no pudieron confirmar si finalmente se tuvo que comparar estas muestras con las de la familia del pontevedrés para confirmar su identidad.

Las últimas noticias que se tuvieron de Carlos Calvar lo situaban en el Hospital Montecelo. Era el 17 de enero del 2012 y todo parece indicar que la intención de los facultativos fue la de derivarlo al Provincial. Según relató por aquel entonces su hermana, y tras precisar que el desaparecido no tenía antecedentes psiquiátricos de ningún tipo, los médicos le plantearon la posibilidad de un ingreso en este centro hospitalario para, de este modo, realizarle unas pruebas.

El pontevedrés se negó y se marchó. «Fue dado de alta a las horas de ingresar», precisaron ayer desde Comisaría.

Una semana después de este episodio, se denunció la desaparición de este vecino de Estribela. Sus allegados explicaron hace cuatro años que había ido «con lo puesto»: el DNI, la tarjeta sanitaria y algo de dinero. Apuntaron que esperaron siete días para interponer la denuncia porque en alguna ocasión anterior había pasado algún fin de semana en casa de conocidos sin avisarles.

De este modo, el paso de los días y el hecho de que el móvil del que era titular estuviese apagado los intranquilizó. A esto se sumó el hecho de que el mismo día en el que alertaron a la Policía Nacional, Carlos, divorciado y padre de un niño, tenía que sellar la tarjeta para poder cobrar la ayuda familiar. No lo hizo, tal y como verificaron.

Lo que las fuentes consultadas no alcanzan a explicar es cómo pudo llegar hasta Bora. Añadieron que no se tiene constancia de que hubiera cogido un coche y, de hecho, presumiblemente entre los documentos que se llevó consigo no estaba el carné de conducir.

En este sentido, no se descarta que hubiese sufrido algún tipo de crisis similar a la que le llevó al Hospital Montecelo y se hubiera desorientado de alguna manera. Lo más probable es que nunca se pueda determinar a ciencia cierta este extremo, reconocieron las fuentes consultadas.

Muerte no violenta

Por su parte, desde la Policía Nacional de Pontevedra reseñaron que la identificación de los restos recogidos por los agentes de la Brigada Provincial de Policía Científica en la finca de Bora fue realizada por los forenses del Instituto de Medicina Legal de Galicia. En este punto, desde la Comisaría se remarcó que «no hay ningún indicio que apunte a que la muerte se haya producido de forma violenta».

De la desaparición de Sonia Iglesias a la del músico Pazos Pérez, casos sin esclarecer

La identificación de los restos hallados en Bora, a buen seguro traerá algo de consuelo a la familia de Carlos Calvar. Sin embargo, hay otros pontevedreses que conviven con la angustia de no saber qué ha sido de sus seres queridos. Son casos sin resolver.

Sonia Iglesias

Causa judicial archivada. Desde el momento que se tuvo conocimiento de la ausencia de la pontevedresa, el 18 de agosto del 2010, la Policía Nacional calificó su desaparición como «inquietante». A punto de cumplirse el sexto aniversario, la investigación, en el transcurso de la cual llegó a estar imputado el compañero sentimental de Sonia Iglesias, se halla en punto muerto, lo que ha determinado que se decretase el archivo provisional de la instrucción judicial.

Lilia Miguéns

Sin noticias desde junio. La web de SOS Desaparecidos mantiene abierta, desde el pasado mes de junio, una alerta por la desaparición de esta vecina de Valga de 79 años. El tiempo transcurrido desde entonces ha determinado que se desactivase la búsqueda activa que se llevó a cabo durante los primeros días.

José Ramón Pazos Pérez

Cuatro décadas de silencio. Es uno de los casos más extraños que se recuerdan en la historia reciente pontevedresa. La desaparición del músico José Ramón Pazos Pérez se produjo en 1990. La última vez que le vieron sus amigos fue en la discoteca La Luna, donde les comunicó que pensaba trasladarse a Pontevedra en el coche de un conocido.