La policía científica trata de extraer el ADN de la mandíbula para identificar los restos
29 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.En el marco de la investigación abierta por la Policía Nacional para sacar algo de luz a los restos óseos localizados en la parroquia de Bora, los investigadores están cotejando en las bases de datos los desaparecidos de los últimos cuatro años. El motivo no es otro que el hecho de que fue por entonces cuando la compañía eléctrica realizó el último desbroce y limpieza de los terrenos donde fueron hallados este jueves un cráneo y un fémur humanos.
Las pesquisas, coordinadas por el titular del juzgado de guardia de Pontevedra, han podido determinar que estos restos, en principio, se corresponden con un varón de aproximadamente 34 años. Estos datos contribuirán, a buen seguro, a realizar un cribado de la información documental que se está inspeccionando a la hora de acortar cualquier posible lista de desaparecidos.
Paralelamente, agentes de la brigada científica están tratando de obtener muestras de ADN viables de la mandíbula. En caso de que estas actuaciones fructifiquen, los marcadores genéticos que se obtengan podrán ser comparados con los que las fuerzas y cuerpos de seguridad tengan registrados en las distintas bases de datos.
Fuentes extraoficiales de la Policía Nacional precisaron que, a día de hoy, está abierto un amplio abanico de hipótesis. Así, precisaron que no se descarta que, tal y como temen los vecinos de Bora, los huesos hubieran sido arrojados desde un vehículo que circulase por la N-541, carretera que comunica Pontevedra con Ourense, o que hubieran sido trasladados desde otros puntos de la geografía de la comarca capitalina por alimañas.
De igual modo, subrayaron que, por el momento, no se han podido establecer las circunstancias concretas en las que se produjo el óbito. No ha trascendido si se ha realizado algún tipo de diligencia relacionada con las prendas de vestir encontradas a escasa distancia de los huesos.
Estos fueron descubiertos por un vecino de Bora en las proximidades de una finca de la que es propietario. Estos restos se encontraban a escasa distancia del río Lérez, al pie de un talud de varios metros de altura que termina en el N-541. Residentes de este entorno precisaron que, antes del desbroce de los últimos días, era una zona cubierta completamente por la maleza, de tal modo que era impracticable.
Aunque se realizaron otras búsquedas por los agentes de la brigada científica de la Policía Nacional y del personal del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) de Pontevedra, con la cooperación de Protección Civil, las mismas, a priori, no han permitido localizar nuevos restos humanos. Durante los últimos días, la Comisaría Provincial ha mantenido precintada una amplia zona de terreno, si bien todo parece apuntar que las pesquisas se han centrado principalmente en un área de aproximadamente dos metros por dos metros, la cual fue dividida en cuadrantes para una mejor exploración.