«Aquí no hay baronías, en el PP lo que hay es un líder fuerte y provincias que trabajan»

manuel blanco PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Rueda descarta suceder a Feijoo porque espera que repita y replica a quienes creen que ha dado un paso atrás

20 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La imagen de Alfonso Rueda (Pontevedra, 1968) resulta engañosa. Desde la platea, parece un político altivo, frío incluso. En la distancia corta gana enteros porque tiene tendencia a sonreír y acoge con cierta bonhomía incluso las preguntas más incómodas. Otra cosa es lo que conteste, que para eso tiene tablas, fruto de haber pasado media vida con el gusanillo de la política metido en el cuerpo. Rueda, el eterno delfín de Feijoo, descarta tajante asumir ese papel. No concibe un candidato distinto para el Partido Popular. El pasado domingo, tomó el relevo de Rafael Louzán al frente del PP pontevedrés, un paso atrás para algunos, «una responsabilidad fundamental», según su punto de vista.

-Usted ha descartado la posibilidad de suceder a Núñez Feijoo en caso de que este opte por explorar nuevos caminos. ¿Es la clásica diplomacia del momento o una convicción firme?

-La convicción firme es que él tiene que seguir, así que no me hago otros planteamientos.

-¿Visualiza en serio a Feijoo fuera de la política, como dejó entrever esta semana?

-Espero que no, parto de la base de que él va a seguir porque no se me ocurre otro candidato y cualquier otra alternativa sería complicada.

-¿Cuáles son las posibilidades reales de su partido de cara a las autonómicas? ¿Teme una eventual alianza de las fuerzas de la izquierda?

-Veo las dos cosas. Por un lado, posibilidades de que ganemos, y por otro lado, una unión de todos contra el PP si nosotros no logramos mayoría, eso lo tengo claro. La mejor garantía que podemos tener es volver a ganar por mayoría absoluta y no depender de nada más. Si no es así, tengo claro que a partir del PSOE, el resto de la izquierda, y no sé cuál es, eh, porque cada día se está fragmentando más, se unirían contra nosotros. No tengo dudas.

-Esta semana varios analistas interpretaban el puñetazo en la mesa de Beiras como una suerte de pistoletazo de salida de la campaña. ¿Lo ve así también?

-No, que va, como llevo viendo a Beiras casi toda la legislatura, sé que como no va casi nunca, el día que va se tiene que hacer notar. Lo meto [el incidente] ahí. Me niego a analizar el comportamiento de Beiras porque creo que para eso hace falta otro tipo de especialista.

-En relación con la decisión que se sustanció el pasado domingo, hay quien sostiene que dejar la secretaría autonómica del partido para ocupar una presidencia provincial representa un paso atrás. ¿Cómo lo ve usted?

-He oído ese análisis también, pero lo que es, es un puesto distinto. Creo además que este es más complicado que ser secretario general. Yo vengo aquí porque en estos momentos creo que es donde debo estar, me lo pidieron muchos compañeros, Rafael Louzán dio un paso a un lado y por lo tanto estoy en otro sitio diferente, y como mínimo igual de fundamental para ganar unas elecciones que la secretaría general. Seguramente más importante.

-¿Se siente ya barón?

-[Risas] Me gusta este puesto, creo que las baronías se acabaron hace ya tiempo en el PP. Y esa unidad es una de las claves. Aquí no hay baronías, aquí lo que hay es un líder fuerte y cuatro provincias que trabajan. Por lo tanto, si la pregunta es si me gusta esta responsabilidad, aunque apenas llevo unos días, he de decir que sí, que me gusta. Estás en contacto directo con una parte muy importante del partido y es un cargo muy intenso, quizás más que la secretaría general, que puede ser más de aparato del partido.

-Su carrera política arrancó en 1993, cuando fue elegido presidente de Novas Xeracións del PP. Desde entonces, ha sido director xeral, diputado, conselleiro, vicepresidente... ¿Se considera usted un político de la casta?

-En absoluto, me considero alguien que se ha dedicado a la política con intensidad, pero también soy alguien que tiene su profesión, y también la ha ejercido y podría volver a ejercerla cuando deje la política. Creo que eso es importante. Normalmente, los que hablan de la casta son los que aspiran a vivir de la política sin ninguna otra alternativa. Esos son los que más hablan de la casta.

-En diciembre del 20011, usted, Feijoo y Louzán recibían a Rajoy en la sede del PP en Pontevedra con un mapa de la provincia coloreado íntegramente de azul. Su partido había ganado en todos los concellos. Cuatro años después el panorama ha cambiado notablemente. ¿Por qué? ¿Cuál es su análisis de la cuestión?

-En el año 2011 hicimos aquella celebración porque sabíamos que era un resultado histórico y muy difícil de repetir, con lo cual valía la pena conmemorarlo. Hemos bajado de una situación de máximos, solo cabía empeorar desde ese techo. El descenso lo achaco al hecho de que partir de ese momento comenzó la gestión de la crisis, la necesidad de tomar decisiones muy impopulares, y además empezaron líos a causa de la corrupción que nos hicieron daño. Paralelamente, surgieron otras alternativas políticas que en el año 2011 no existían. Pero creo que tenemos margen para recuperar apoyos. Desde luego, no considero que hayamos bajado hasta un punto de no retorno, como probablemente sí le pasa al PSOE.

-¿Es la corrupción el eje de los males del PP? ¿O han cometido otros errores?

-Nos ha hecho daño. No creo que sea la única causa que explica nuestra bajada, pero en momentos de crisis ese tipo de comportamientos hacen mucho daño.

-¿Visualiza otros errores que haya cometido su partido?

-Bueno, la gestión de la crisis, tomar decisiones impopulares aunque sean necesarias, siempre resta apoyos. Otra cosa es que seas capaz de explicar la razón de todo eso y que eso te lleve a perder votos. Siempre digo que en plena crisis logramos aumentar escaños, tomando medidas difíciles desde la Xunta. Creo que en ese sentido hicimos un buen trabajo de explicarle a los ciudadanos el por qué de aquellas medidas.

-En el caso de la corrupción, ¿No cree que a su partido, a los cargos de toda índole, les ha faltado contundencia contra esa lacra? ¿Que no han sido demasiadas las voces que se han levantado contra determinados personajes que pululaban dentro y en el entorno de su partido?

-Probablemente sí nos faltó contundencia. Pero también agradezco la coherencia. No valen de nada las proclamas que ha hecho el PSOE de que iba a actuar siempre con enorme contundencia y luego cuando surgían los casos encontraba siempre una excusa. La última la estamos viendo con Gómez Besteiro. Creo además que también está el tema de la presunción de inocencia. Ha habido muchos compañeros míos de partido, más de cuarenta, que en estos dos últimos años han visto archivadas las causas, con lo cual por un lado está la necesaria contundencia, la coherencia, pero tampoco hemos de caer en el error de actuar de jueces. Es cierto por otro lado que se deben tomar las medidas para que estos comportamientos no se vuelvan a repetir, y se han tomado muchas medidas durante estos años. Supongo que ahora, mientras tengas casos, es difícil de explicarlo, pero cuando el ambiente se calme veremos que se han tomado medidas para que no se vuelvan a repetir.

-Poco antes de anunciar su retirada, Louzán anunció la posibilidad de que el PP explorase dos mociones de censura. ¿Las impulsará?

-Ahora me estoy dedicando a contactar con muchos líderes locales nuestros y voy a ver la situación. Rafael Louzán me ha informado de cómo están las cosas, pero quiero formarme mi propia opinión y decidir si son necesarias. Desde luego mi prioridad no es hacer mociones de censura; ahora bien, en este momento hay sitios donde no está gobernando nadie y donde ganamos las elecciones, por lo que sería justo tener nuestra oportunidad. Pero no llegó aquí diciendo que mi primera prioridad es impulsar mociones de censura, creo que hay otras prioridades antes.