Bea Gómez ultima su preparación para conseguir su billete para Río

manu otero PONTEVEDRA / AGENCIA

PONTEVEDRA

La nadadora pontevedresa prepara en la residencia madrileña Blume su clasificación a los Juegos.
La nadadora pontevedresa prepara en la residencia madrileña Blume su clasificación a los Juegos. r. leiro< / span>

Un nuevo tratamiento ayudó a la pontevedresa a dejar atrás las migrañas

10 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La nadadora pontevedresa Beatriz Gómez Cortés cuenta ya los días que faltan para saltar a la piscina de Sabadell a luchar por una plaza en la selección española para los Juegos Olímpicos de Río. Unas insoportables migrañas obligaron a la deportista a dejar su preparación a un lado durante semanas e incluso llegó a poner en peligro su clasificación para la cita olímpica. Al final, una nueva medicación parece estar surtiendo efecto y Gómez entrena ya a pleno rendimiento con el objetivo de cumplir la mínima olímpica y quedar entre las dos primeras en la modalidad de 200 y 400 estilos.

«Me cambiaron el tratamiento y llevo ya dos semanas sin ninguna migraña», confiesa con alivio una Beatriz que prefiere no recordar los malos momentos que pasó. «Fue horrible, además del dolor me afectaba a vista e incluso no podía ni hablar», asevera la pontevedresa que vive en la Residencia Blume donde ultima su preparación de cara al Open de España de Sabadell.

«Ya queda poco, semana y media», cuenta entusiasmada Bea Gómez. Ella es consciente del lastre que arrastra por la pérdida de entrenamiento que le provocó la enfermedad, pero es «optimista, aunque está difícil porque no solo es hacer la mínima, hay que quedar entre las dos primeras», matiza la nadadora.

El objetivo inicial de la pontevedresa era luchar por una plaza en tres modalidades. 200, 400 y 800 estilos. Pero «para el 800 me haría falta más horas de entrenamiento». Un tiempo que las migrañas, una secuela de la intervención de corazón a la que tuvo que someterse el año pasado por una anomalía de carácter congénito en el tabique interauricular, le arrebató. «Decidimos nadar poco para no forzar», explica Gómez.

Ahora centra sus esfuerzos en conseguir la mejor marca posible en dos categorías que también domina a la perfección. Los 400 y 200 estilos. «Más cómoda me siento en el 400», admite la nadadora. «Para el 200 aún me falta potencia, que llegará con algo de descanso y más entrenamiento», confía Bea.

En las palabras de la laureada nadadora gallega se percibe la ilusión por volver a participar en unos Juegos Olímpicos -ya lo logró en Londres 2012 con solo diecisiete años- y está dispuesta a darlo todo para conseguirlo. «Estuve en Londres, pero ir a Río aún me hace más ilusión», confiesa Bea Gómez sabedora de que el nivel de madurez y preparación alcanzado durante estos cuatro años, en los que tuvo que superar importantes obstáculos, como una operación de corazón o hacer las maletas para abandonar su casa y vivir en un centro de alto rendimiento, le aportarán ese plus imprescindible para, al menos, luchar por el sueño de una medalla olímpica que pondría el broche de oro a una carrera que todavía está empezando.

La piscina olímpica de Sabadell será testigo directo el próximo fin de semana del nuevo reto de Beatriz Gómez Cortés.