Miles de toneladas de asfalto a debate

Lars Christian Casares Berg
ch. casares PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

PP, PSOE y BNG se enzarzan en la Diputación sobre los criterios para arreglar vías

27 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay una planta de conglomerado en Pontevedra capaz de producir mil toneladas al día de asfalto. Su destino es el pavimentado de las carreteras de la provincia, tapar sus baches. Pero de vez en cuando, el conglomerado se desliza por las escaleras de la Diputación, de la que depende la fábrica, sube hasta la primera planta, y se extiende por el salón de plenos del pazo de Montero Ríos. Ayer pasó.

Llegó hasta allí entre los papeles de los diputados, impregnado en los argumentos con los que se enzarzaron en un debate sobre la actividad de la planta y cómo se decide dónde asfaltar y dónde no en la extensa red provincial, que serpentea hasta alcanzar los mil setecientos kilómetros. El PP, ahora en la oposición, dice que no se asfalta como antes, que la planta está parada y los alcaldes nerviosos, viendo agigantarse unos baches que el PSOE, a su vez, se pregunta si se han podido producir en los seis meses que llevan en el gobierno. Sobre eso debatieron Nidia Arévalo (PP) y Santos Héctor (PSOE). Aunque este último prefirió poner el foco en las carreteras que están bajo las competencias de Administraciones gobernadas por el PP. Las de la Xunta.

Pero a los populares lo que les preocupa es la planta de las mil toneladas diarias. Las trescientas sesenta y cinco mil anuales, multiplicó el BNG. La del millón y pico por cada uno de los mandatos del anterior presidente, Rafael Louzán, calculó el diputado nacionalista Uxío Benítez, sorprendido porque en los últimos ocho años no llegase ni un kilo de asfalto a su municipio, Tomiño, de la polémica planta. Porque, dijo, esa planta era, bajo los gobiernos del PP, un instrumento para emplear a dedo. Operaba, aseguró, bajo el mandato directo del jefe de gabinete de Rafael Louzán, para primar a cercanos y marginar a los ideológicamente alejados.

Un sistema muy semejante al criterio de contratación del personal de la planta, deslizó Benítez. La ecuación la dibujó así: el cincuenta por ciento de los trabajadores son de una comarca concreta y una cuarta parte de un solo municipio. «¿Quere que lle diga cal?», preguntó Benítez. Pero no lo dijo. Tampoco se lo preguntaron desde la bancada del PP.