Un sindicato policial reclama formación en enfermedades tras el episodio de la sarna

PONTEVEDRA

La UFP solicita que los agentes conozcan los riesgos que corren para poder minimizarlos

27 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras el incidente ocurrido este sábado al arrestar a un sospechoso enfermo de sarna, la Unión Federal de Policía (UFP) recordó ayer que llevan tiempo reclamando «una mayor formación en este tipo de enfermedades». El objetivo, según explicó su secretario provincial, Carlos Rodríguez, es que los agentes «conozcan los riesgos que corren y así poder minimizarlos».

En este sentido, señaló que los actuales protocolos de actuación prevén que el personal policial que pueda tener algún tipo de contacto con estas enfermedades tenga el adiestramiento adecuado. Ya no solo a nivel teórico, sino también en el ámbito práctico.

Carlos Rodríguez precisó que, de igual modo, defienden la necesidad de disponer de «kits de emergencia para protegerse en estas situaciones», pero también para «poder dar un primer auxilio en caso de necesidad».

Por su parte, desde el Sindicato Unificado de Policía (SUP) destacaron que se aplicó, en todo momento, el protocolo de actuación frente a enfermedades contagiosas, lo que conllevó a clausurar parte de la Comisaría durante unas horas. Asimismo, su secretario local, Cándido Cobas, subrayó que los mandos estuvieron en contacto permanente con los agentes afectados.

Precisó que en el seno de la Comisaría existe malestar. Ya no solo por el hecho de que el detenido, enfermo de sarna, hubiese quedado en libertad contra el criterio de los médicos del Complejo Hospitalario de Pontevedra, sino también porque el incidente puso de manifiesto la falta de medios materiales en lo relativo a la uniformidad. No en vano, una empresa especializada se hizo cargo de las prendas que vestían los policías para desinfectarlas, lo que obligó a que tuvieran que ser asignados a labores de paisano por la carencia de repuestos.

En cuanto al arrestado, su detención en Pontevedra se produjo no porque tuviera vigente una requisitoria judicial, sino porque estaba siendo investigado en relación con, al menos, dos sucesos ocurridos en Vilagarcía. En uno de los hurtos que tuvo como escenario un negocio -algunas fuentes aludieron a un anticuario- pudo haber conseguido un botín valorado en unos catorce mil euros entre dinero en efectivo y objetos, mientras que el segundo se produjo en un piso del que sustrajeron unos relojes y efectos.