Los de Marín rubricaron un partido perfecto y le arrebataron el primer puesto a su rival
17 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Marín tardará tiempo en olvidar la histórica temporada que está protagonizando su equipo de baloncesto. Ayer, el Peixe Galego masacró a Ávila para arrebatarle el liderato y colocarse al frente de la LEB Plata. Los de Javi Llorente cuajaron una actuación perfecta en ataque y defensa y bailaron a su rival para delirio del millar de aficionados que abarrotaban las gradas del pabellón de A Raña.
Y eso que el partido arrancó a cara de perro. Los dos finalistas de la Copa irrumpieron sobre el parqué con el cuchillo entre los dientes, pero el de la intensidad es un territorio en el que este Peixe se mueve como pez en el agua. En apenas cuatro minutos de juego ya había dejado claro que se disponía a facturar una actuación para el recuerdo.
Con una actuación coral, los de Marín desarbolaron a una plantilla profunda como pocas en esta competición. A Ávila se le hacía de noche cada vez que se acercaba al aro porque su rival había tocado a rebato en la retaguardia. Fue un memorable ejercicio de baloncesto consagrado a partir de las pequeñas cosas de este juego: un rebote ofensivo, un robo, una ayuda defensiva... Catapultado además por un 70 % de acierto en el triple, el Peixe le hizo la friolera de 61 puntos al descanso al líder de la competición, que parecía un juguete roto ante el vendaval azul.
Fue un extraordinario ejercicio colectivo que, por supuesto, legó varios nombres propios. Estuvo imperial Adón, que se puso la armadura de guerrero y selló un mate tras rebote ofensivo para cerrar el primer cuarto que levantó a la parroquia de sus asientos. También Norman, que soltó esa zurda de seda que tiene desde que era un chaval y con dos triples consecutivos frenó el intento de reacción abulense al final del segundo cuarto. Pero sobre todo Rogers. El de Texas empezó algo fallón, pero, lejos de zozobrar y encoger la mano, sacó a pasear ese caudal de confianza con el que circula este año por la LEB Plata. Anotó cinco triples y 17 puntos en la primera mitad.Una pesadilla para los de David Mangas. El basket, de siempre, es de los valientes.
En el arranque del tercer cuarto, Ávila hizo un tímido intento de volver al partido. Una canasta de Mbamalu y dos triples de Nikolic enjugaron un tanto las distancias, pero fue un espejismo porque Rogers decidió tomar de nuevo el mando del duelo. El escolta vivió ayer una de esas tardes de trance que tienen los jugones, de esas en las que el aro se convierte en una piscina. Metió diez puntos en un minuto y medio (dos canastas y dos triples) y congeló las ansias visitantes: 75-45 y media victoria en el saco.
En el último parcial, el Peixe bajó la intensidad y Ávila aprovechó la coyuntura para acercarse a 17 (90-73 a falta de 6.16). Llorente pidió un tiempo muerto para poner orden y ahí se acabó la cosa. Aparecieron Green, que se fue hasta los 30 puntos sin despeinarse, y Rogers, quién sino, que anotó su séptimo y octavo triple de la tarde, y devolvieron la tranquilidad a una grada entusiasmada.
El fin de semana que viene, el Peixe volverá a verse las caras con Ávila en la final de la Copa. Será en casa de su rival y con un título de por medio. Pero esa será otra historia. Mientras, toca frotarse bien los ojos y disfrutar.
Árbitros: Daniel Pazos Pazos y Adrián Iglesias Ambrosio.
Parciales: 23-13; 61-35 (38-22); 83-60 (22-25); 101-80 (18-20).
Incidencias: La mejor entrada de la temporada en el pabellón de A Raña. Alrededor de un millar de personas presenciaron el encuentro.
Green (30), Ferreiro (11), Rogers (32), Pantín (6), Alejandro Navajas (6) -quinteto titular- Saulo (-), Alex (-), Adón (8) González (-) y Norman (8).
Sebirumbi (16), Marzo (5), Asanin (-) Mbamalu (5) y Toledo (17) -quinteto inicial- Uso (5), García (13), Nikolic (13), Young (4), Jiménez (-) y Mbamalu ().