Un Belén en el que cabe el mundo entero

Rosa Estévez
rosa estévez VALGA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Mari Carmen Castiñeiras -tercera por la izquierda- junto al equipo que hace posible, año tras año, el sueño del Belén.
Mari Carmen Castiñeiras -tercera por la izquierda- junto al equipo que hace posible, año tras año, el sueño del Belén. m. fereirós< / span>

Mari Carmen Castiñeiras lidera desde 1994 al grupo de valgueses que montan un multitudinario nacimiento

09 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Sobre las mesas aún quedan, desperdigados, algunos trozos de tela. Estamos en la trastienda del Belén en movimiento de Valga, un mundo en miniatura que cada año nace de la imaginación y el esfuerzo de una treintena de vecinos de esta localidad. Dicen los datos de la Xunta, los que sirvieron para declarar este nacimiento «de interese turístico de Galicia», que cada año pasan y ven esta creación artesanal unas 40.000 personas. A Mari Carmen Castiñeiras las cifras oficiales le dan igual. «Ver as colas que se forman para visitalo produce moita satisfacción, claro, pero aínda hai outras cousas que fan que isto paga a pena», dice nuestra contertulia. Está sentada muy cerca de la mesa que ocupa durante horas y más horas, mientras le da forma a los muñecos que, al otro lado de la pared, roban exclamaciones de sorpresa y sonrisas a niños y mayores.

En compañía del espíritu de las Navidades pasadas, viajamos hasta el año 1994. Mari Carmen Castiñeiras, que ya entonces era concejala de Cultura en Valga, organizó un curso de manualidades que fue un éxito. Los alumnos, llevados por el entusiasmo, se empeñaron en hacer un Belén, y a ella le tocó gestionar el cómo y el dónde. «O primeiro montámolo no salón de plenos do Concello. Xa era bastante grande», explica. Tanto gustó la experiencia, que al año siguiente el grupo volvió a reunirse por Navidad. «Durante dous anos, fixémolo na praza que hai diante do Concello». Y después llegó el turno de los centros sociales y hasta en salas cedidas por particulares. «Ata que por fin os veciños de Campaña nos cederon este local». Para entonces, el Belén ya se había convertido en una tradición. Y sus constructores, en una familia en la que «nos podemos dicir claramente o que nos gusta e o que non». En un grupo que convierte las horas de trabajo en una fiesta en la que no faltan las canciones, las bromas, las risas. Y, de vez en cuando, las tristezas compartidas.

Los más de treinta vecinos que participan en la construcción del Belén tienen muy claro cuáles son sus cometidos. Unos se encargan de los engranajes que dan movimiento al conjunto; otros de construir casas, caminos y todo tipo de edificios recubiertos en piedra auténtica. Un grupo confecciona los trajes a medida para las figuras que Mari Carmen crea, una a una. Muchas no imitan a nadie. Otras, sin embargo, son réplicas a escala de personajes famosos dentro y fuera de Valga. Este año, por ejemplo, se ha incluido una imagen de Matías, un vecino muy querido en la localidad, habitual de todas las fiesta y saraos. Ha fallecido, y colocarlo en el Belén «é unha homenaxe que lle facemos. Moita xente se emociona ao velo», dice Mari Carmen. Y parece que ella se emocionase también. No le faltan razones. Hace unos años, una joven contactó con ella para pedirle que hiciese una figura de su abuela y la colocase en el nacimiento. La mujer acababa de fallecer, y «era moi fan do noso Belén. Viña a velo sempre. Tería, non sei, 90 anos, e ao saír de misa viña andando ata aquí, co seu bastón. Así que lle fixemos a figura, puxémola aquel ano, e logo regalámoslla á familia». «Esas son as cousas que fan que isto mereza a pena». Que compensan un esfuerzo para el que va llegando, poquito a poco, el relevo. Porque, si le preguntamos al fantasma de las navidades futuras, este nos dirá que el Belén de Valga tiene aún una larga vida por delante. Es cierto que la mayor parte de los voluntarios que lo construyen rondan los cincuenta años. Pero también es verdad que, poquito a poco, se va incorporando sabia nueva. «Isto non é un coto cerrado. Aquí pode participar quen queira». Como lo hace Sarai, que con sus doce añitos pinta y trabaja como la que más. Ahora, con el Belén ya instalado, sus constructores espían a los visitantes para ver si su trabajo ha gustado. En sus cabezas comienzan a dibujar, ya, la Navidad que viene.

«Non sabemos cantas figuras haberá... Igual unhas 3.000. Chendo e Hierro [exjugadores del Real Madrid] teñen cadansúa parella de vellos feitas por nós».

Hasta el 10 de enero, el Belén está abierto al público

en Campaña. Se puede visitar en horario de tarde. Domingos y festivos abre también de mañana.

el bum

El primer personaje «famoso» que apareció en el Belén fue la duquesa de Alba. Ahora, la inclusión de personajes y de guiños a la actualidad se han convertido en señas de identidad de este nacimiento. Para muestra, el debate entre los candidatos a la presidencia del gobierno organizado por los vecinos de Campaña. No faltó ni Mariano Rajoy.