Técnicos y autoridades destacan la vocación de volcar la ciudad en la movilidad peatonal

La Voz en Hong Kong manuel blanco

PONTEVEDRA

El jefe de la Policía Local de Pontevedra pone en valor en Hong Kong los activos clave de la transformación urbana

25 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Con una mezcla de incredulidad y admiración. Así se perciben desde la distancia las grandes cifras de la transformación urbana que Pontevedra ha vivido a lo largo de los últimos lustros. Los técnicos y las autoridades políticas asistentes al congreso que se celebra estos días en Hong Kong reconocen que los estándares alcanzados en la Boa Vila representan una suerte de ideal cuando se analizan los parámetros de la calidad urbana, si bien se muestran escépticos de que sea posible en cierto modo trasponerlos a las grandes urbes, algo por cierto a lo que el alcalde pontevedrés replica sin atisbo de duda: «Es que todavía no han cambiado el chip», argumenta.

El jefe de la Policía Local de Pontevedra, Daniel Macenlle, fue el encargado ayer de ponerle trazo grueso al modelo de ciudad. Y lo hizo repasando uno tras otro los hitos cosechados: las peatonalizaciones, la mejora de las condiciones socioambientales... Macenlle recurrió a las cifras para ilustrar sus argumentos: «O 67??% dos desprazamentos urbanos son a pé, e o 5 % en bici; no 2013 a cidade cumpría os parámetros máis esixentes da Oganización Mundial da Saúde (OMS); as emisións de CO2 en toda a cidade reducíronse un 66 %, e un 88 % no centro urbano...» Por supuesto, aludió a las elocuentes estadísticas de seguridad vial: «Dentro da cidade non se rexistran mortos nos últimos 11 anos. En 1998 houbo 69 atropelos. E no 2013, só 4», precisó.

Elogios encendidos

Lo cierto es que la exposición de Macenlle sorprendió a los asistentes, entre ellos varios alcaldes chinos que comentaban con sus asistentes algunas de las imágenes que acompañaban la charla del mando pontevedrés. Fue no obstante Axel de Martene el encargado de clausurar la mesa en la que participaba Pontevedra, quien elogió de forma más elocuente el modelo que se propone en la capital de provincial. El asesor jefe para Mercados Internos de la Unión Europea puso a la ciudad en la vanguardia del espacio comunitario, por impulsar protocolos que devuelven todo el protagonismo a las personas y a los estándares de calidad de vida.

«Más tarde o más temprano -explicaba al término de la charla-, las ciudades tendrán que incorporar estas políticas. Sobre todo las más pequeñas, porque todo esto que se ha hecho [en Pontevedra] no necesita de cantidades muy grandes de dinero, sino solo de la voluntad para hacerlo. Me complace ver que hay ciudades en Europa, como Pontevedra o Malmö, en Suecia, que trabajan en este ámbito».

En una línea de opinión similar se expresó Sylvie Faucheaux, profesora de Economía en el Conservatoire National des Arts et Métiers, ponente en Hong Kong ayer y dentro de unos días en el macrocongreso de movilidad que se celebrará en París. «La experiencia de Pontevedra, con la mayoría de la gente caminando, es sorprendente y realmente impresionante. Desde luego es una solución para exportar al conjunto de las ciudades, aunque es evidente que en las más grandes se debe completar con otro tipo de actuaciones».

Facheaux, experta en el concepto de la movilidad inteligente, recordó que en París se están poniendo en práctica medidas para favorecer la movilidad peatonal, aunque insistió en que todavía se debe trabajar mucho porque no está resuelto, ni de lejos, cómo favorecer el tránsito de aquellos que vienen de las afueras de la ciudad. «Los gobiernos tienen mucho trabajo por delante para encontrar soluciones para transformar las ciudades. El congreso de París trabajará precisamente en esta línea».

En última instancia, el alcalde de la ciudad polaca de Cracovia, Rafal Dutkiewicz, destacó la valentía política para emprender proyectos de estas características, no siempre bien entendidos por la ciudadanía. El regidor, presente también en el congreso de Hong Kong para recoger un premio, reconoció su interés por los avances registrados en Pontevedra, especialmente tras conocer que, como en su ciudad, un río, en este caso el Lérez, condiciona todos los desplazamientos.