El singular árbol quedó en cuarta posición en las votaciones populares impulsadas por Bosques Sin Fronteras
04 nov 2015 . Actualizado a las 16:11 h.«A pesares de non ter conseguido o obxectivo final de optar a ser a árbore europea recoñecida no 2016, a Deputación de Pontevedra destaca a particularidade e beleza da metasequoia de Lourizán e anima aos cidadáns a visitar os xardíns nos que está (antiga finca de Montero Ríos), sobre todo nas vindeiras datas de Nadal, cando as súas follas tornan vermellas». Este es el especial reconocimiento que se propone desde la Diputación de Pontevedra para el árbol, después de que se cerrasen las votaciones para elegir al árbol español que pugnaría por ser el mejor de Europa oganizadas por la oenegé Bosques Sin Fronteras.
Finalmente, la metasequoia de Lourizán quedó en cuarta posición y el ejemplar que representará a España será la Olma de Guadarrama, un árbol de 134 años. La metasequoia de Lourizán no le podía disputar atractivo por su edad, fue plantada en 1951. Quizá sí por su porte: mide treinta y cinco metros de alto, y su tronco tiene una circunferencia de más de dos metros y medio. Pero lo realmente singular es su historia. Es un ejemplar único en España, una metasequoia. Una especie que hasta 1941 se creía que solo había sobrevivido en forma de fósil y que fue redescubierta como organismo vivo dos años después en China. Desde allí se empezó una labor por hacerla llegar a distintos puntos del planeta. Y en 1951 recaló una en Pontevedra. Ahora, la metasequoia pontevedresa produce sus propias semillas y puede contribuir a seguir manteniendo con vida una especie que hasta hace setenta años se creía extinta.