De la solidaridad a la fidelización

Inmaculada Rguez. Calvo OPINIÓN

PONTEVEDRA

11 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Todos somos potenciales receptores de la solidaridad de los donantes. Gracias a esas personas que, diariamente, donan sangre u órganos, se posibilita la realización de innumerables intervenciones quirúrgicas, se abordan diferentes trasplantes y se materializan tratamientos terapéuticos que permiten a muchos pacientes resolver sus problemas de salud o, al menos, minimizarlos.

Desde el sistema sanitario público gallego, en general, y desde el Centro de Transfusión de Galicia (CTG), en particular, se ha comprobado, desde hace décadas, que la población gallega manifiesta su solidaridad y generosidad, implicándose, activamente, en el altruista gesto de la donación. Continúa pendiente, actualmente, establecer una fidelización que permita contemplar la constancia aportada a través de recordar la conveniencia de donar sangre, al menos, una vez al año, sin esperar o dilatar a futuros días, la oportunidad de convertirse, también, en donantes de órganos o de médula ósea. Donar sangre total o ser donante de aféresis, de médula ósea, de órganos, o de sangre de cordón umbilical, son actos tremendamente generosos porque, detrás de cada donación, existe un receptor: un paciente, que, puede salvar su vida, gracias a esos gestos solidarios.

A menudo se hace referencia a datos, recordando la necesidad de alcanzar 500 donaciones de sangre diarias, sin considerar, lo suficiente, la sensibilización que se pretende de las personas, apelando a su noble colaboración. Aprovechamos esta ocasión para agradecer a todas y cada una de las personas que, en algún momento de sus vidas, han donado, nuestro más sincero reconocimiento. Gracias por su implicación y generosidad. Gracias por compartir salud y ofrecer vida.