La gestión provincial de basura aparca el macrocontrato y busca nuevas vías

Lars Christian Casares Berg
christian casares PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

La prioridad es potenciar el compostaje, pero se dejará vía libre a los concellos para diseñar su plan.
La prioridad es potenciar el compostaje, pero se dejará vía libre a los concellos para diseñar su plan. s. B.< / span>

De los 130 millones de euros previstos para el consorcio se ha pasado a un nuevo plan que pretende implicar más a los concellos para que diseñen ellos sus fórmulas

24 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras un sondeo entre los ayuntamientos de la comarca del Deza, O Morrazo, Condado-Paradanta o el Umia, la Diputación de Pontevedra empieza a perfilar lo que será su nueva política de gestión de residuos. Y los primeros intercambios de impresiones con los ayuntamientos están teniendo, según apuntan desde la Diputación de Pontevedra, buena acogida entre los concellos. Se aparcará el consorcio provincial diseñado por el anterior gobierno provincial, que preveía una gestión conjunta de la recogida y transporte de la basura de toda la provincia merced a un macrocontrato de más de ciento treinta millones de euros, y se sustituirá por nuevas fórmulas en las que se busca implicar más a los concellos.

Son estas vías las que el ala nacionalista del gobierno de la Diputación está explorando con los ayuntamientos. La idea es que sean estos los que tengan un papel activo en el diseño de cuál será su modelo de gestión de residuos. El vicepresidente de la institución, el nacionalistas César Mosquera, ha intensificado en las últimas semanas los encuentros con regidores y técnicos locales para que los ayuntamientos puedan agruparse y establecer fórmulas que permitan adaptarse a las normativas europeas. El ojo está puesto en el año 2020, cuando se establecen unos criterios de reciclaje y reutilización de la basura mucho más estrictos que los actuales. ¿Pero cómo conseguirlo?

La apuesta de la institución provincial es primar el compostaje de residuos de forma mancomunada entre los ayuntamientos, en lugar de establecer unas rutas provinciales de recogida y unas plantas también provinciales de tratamiento, como se había diseñado por el anterior gobierno a través del macrocontrato millonario al que había optado FCC.

De acuerdo con esta nueva filosofía deben ser los ayuntamientos los que digan cómo y dónde establecer sus plantas de compostaje. Así como establecer las dimensiones que tendrán y trazar planes de viabilidad futura. «A Deputación estaría disposta a botar a andar eses proxectos asesorando a súa elaboración e, según as peticións locais, facéndose cargo da súa adxudicación, xestión, así como do financiamento inicial para a posta en marcha e incluso do cobro dos recibos aos veciños», explican fuentes provinciales. Pero deben ser los ayuntamientos quienes diseñen el mejor sistema para sus necesidades. Podrán combinar propuestas para concellos en solitario, para pequeñas áreas dentro de un solo municipio así como agrupaciones de municipios. El objetivo es que cada concello conozca las diferentes posibilidades que tiene en la gestión de la basura. La referencia será el compostaje y otros tratamientos biológicos. Reducir el volumen de basura que entra en la cadena que va a Sogama, es el objetivo final, gracias a un tratamiento local de los residuos orgánicos.

La Diputación no aspira a imponer este sistema, aunque lo defiende, y como tal ya ha invitado a los ayuntamientos a participar en unas jornadas específicas en Navarra sobre gestión de residuos. La Diputación correrá con los gastos de desplazamiento e inscripción de las jornadas, que se celebrarán entre el 7 y el 10 de septiembre, para dos personas por municipio. La idea es que sea personal técnico y concejales del área.

El cambio de filosofía es, por tanto, total. Hasta ahora, se había potenciado la adhesión de los ayuntamientos a un consorcio provincial que adjudicaría la Diputación por esos ciento treinta millones de euros. Los concellos delegaban en la institución provincial todo; desde el cobro de los recibos hasta el diseño de las rutas de recogida y las fórmulas de tratamiento. Ahora, sin embargo, se busca el camino inverso. Un mayor diseño por parte de los municipios de sus necesidades específicas y un apoyo externo de la Diputación, aunque la fórmula final está sin definir.